CHENGDU (CHINA), 16 (de la enviada especial de EUROPA PRESS, Débora Altit)
El Gobierno chino ha ordenado abrir una investigación para aclarar por qué las escuelas situadas en el epicentro del terremoto se derrumbaron, causando la muerte de miles de menores, mientras otros edificios lograron mantenerse en pie.
Según los cálculos oficiales cerca de 6.900 escuelas e institutos de Sichuan se vinieron abajo a causa del seísmo de 7,8 grados en la escala Richter del lunes, en el que han muerto más de 21.500 personas de acuerdo con los últimos datos, aunque la cifra real podría ascender a 50.000.
El Gobierno no ha dado datos aproximados, sin embargo, sobre qué proporción de menores falleció por las deficiencias de calidad de sus escuelas.
"Si existe un problema de calidad en las escuelas, actuaremos de forma severa con los responsables y daremos a la ciudadanía una respuesta satisfactoria", ha declarado Han Jin, jefe de desarrollo del Ministerio de Educación.
Han, no obstante, achacó el desplome de escuelas e institutos a que la fuerza del terremoto superó los estándares de resistencia a seísmos existentes para la región.
La tragedia de los niños y adolescentes atrapados en sus escuelas ha conmocionado a China, donde la política del hijo único ha hecho que miles de padres se hayan quedado sin descendencia.
Las imágenes de localidades como Juyuan, en la que se derrumbó una escuela aunque la mayoría de edificios soportaron el seísmo, y en la que los padres hacían corrillo los días siguientes a la espera de los cuerpos de sus hijos, han dado la vuelta al país, generando fuertes debates en Internet de ciudadanos pidiendo justicia.
Sin embargo, la escasa calidad de los edificios levantados en China en las últimas décadas, al calor de su veloz desarrollo urbanístico, es un secreto a voces. En marzo pasado, un estudio realizado en Shanghai, la ciudad más rica del país, confirmó que la mitad del acero utilizado en las construcciones de la ciudad no cumplía los requisitos mínimos de seguridad. El informe no quiso revelar el nombre de los fabricantes, muchos de ellos empresas de propiedad estatal.