PEKÍN, 24 Feb. (Reuters/EP) -
El Gobierno de China rechaza el nombramiento de la representante especial de Estados Unidos para cuestiones del Tíbet, Sarah Sewall, según ha explicado la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores china, Hua Chunying, que ha acusado al país norteamericano de interferir en cuestiones internas del gigante asiático.
"El Gobierno chino se opone firmemente a que cualquier país extranjero, haciendo uso de lo que llaman el problema tibetano, interfiera en los asuntos internos de China", ha advertido Hua durante su rueda de prensa diaria.
El presidente estadounidense, Barack Obama, se reunió este viernes con el líder espiritual del Tíbet, el Dalai Lama, pese a las advertencias de Pekín de que esta visita podría "dañar gravemente" las relaciones entre ambos países.
Washington instó al Gobierno chino ese mismo día a que retome el diálogo con el líder tibetano o con alguno de sus representantes sin ninguna condición previa para reducir la tensión bilateral.
Con el objetivo de estimular estas negociaciones, el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, nombró este viernes a uno de sus altos cargos, Sarah Sewall, como representante especial para cuestiones dek -Tíbet.
No obstante, Pekín no ha aprobado esta decisión. "China no ha reconocido ni reconocerá jamás al que EEUU ha denominado enviado especial para el problema del Tíbet", ha advertido Hua.
China ha calificado al Dalai Lama como un "lobo con piel de cordero" que pretende utilizar la violencia para conseguir la independencia del Tíbet. Por su parte, el líder espiritual mantiene que sólo pretende la autonomía de la región y niega hacer llamamientos para el uso de la violencia.
VIOLACIÓN DE DDHH
Grupos en defensa de los Derechos Humanos han alertado de los abusos de derechos de los tibetanos por parte del Gobierno chino, que emplea métodos brutales para imponer su dominio. Desde 2009, más de 120 tibetanos se han quemado a lo bonzo en protesta contra la actuación de China, y muchos de ellos han perdido la vida.
Las tropas comunistas chinas tomaron el control del Tíbet en 1950. Sin embargo, China sostiene que liberó "pacíficamente" la remota región que, según la versión oficial, estaba sumida en la pobreza, explotación y el estancamiento económico.