Chipre elige hoy al presidente al que encomendará la negociación de un rescate financiero para evitar la quiebra

NICOSIA, 17 Feb. (Reuters/EP) -

Chipre vota este domingo al presidente al que encomendará la negociación de un rescate financiero con la 'troika' para evitar sucumbir a la bancarrota y reavivar la crisis en la eurozona. Unas 500.000 personas están convocadas a las urnas.

Inmerso en la peor crisis económica en las últimas cuatro décadas, es el líder conservador Nicos Anastasiades quien, según la mayoría de los sondeos, resultará ganador en los comicios presidenciales y quien más claramente se ha aprestado a negociar un rescate con el Banco Central Europeo, la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional.

Anastasiades cuenta con una ventaja de hasta quince puntos en los sondeos sobre su más inmediato rival, el dirigente comunista Stavros Malas, si bien no tiene garantizada la mayoría absoluta para esquivar una segunda vuelta la próxima semana.

La Unión Europea (UE) permanecerá atenta al resultado que desprenderá las urnas. Aunque el tamaño de su economía es mucho menor al de Portugal e Irlanda, otros países rescatados, el caso de Chipre se atisba más intricado y complicado de lo esperado debido a la galopante deuda que acumula, insostenible de acuerdo con el FMI.

RESCATE FINANCIERO

Los seis años de recesión en Grecia han minado la estabilidad económica de Chipre. Las ramificaciones del sistema bancario chipriota están firmemente ligadas a los cimientos griegos, si bien también a la inversión procedente de Rusia.

Este es otro de los puntos de fricción que amenazan con complicar el rescate de Chipre, considerado por Moscú el principal foco de evasión de capitales de los multimillonarios rusos. Aquí residen las reticencias de Alemania a implementar un programa de rescate integral como el aplicado en anteriores casos, con el temor de que los inversores rusos se lucren con la inyección de fondos desde Bruselas.

Así, Alemania ha puesto encima de la mesa una propuesta radical que valida la participación de tenedores privados e inversores, reduciendo así el montante del rescate en dos tercios --de 16.700 millones de euros a 5.500 millones de euros-- financiado por los fondos de rescate europeos.

Como contrapartida, se ralentizaría el ritmo de la reducción de la deuda de un 140 por ciento a un 77 por ciento, lo que, al mismo tiempo, alimenta el miedo de Alemania, el que más dinero aporta a los fondos de rescate, a que Chipre no pueda devolver los préstamos e incurra en pérdidas.

Estos intríngulis han hecho que las conversaciones entre la 'troika' y el Gobierno chipriota se hayan alargado durante ocho meses, sin visos de que haya un acuerdo a corto plazo. Desde mayo de 2011, Chipre se encuentra fuera de los mercados y la tasa de desempleo asciende al quince por cierto.

EL DEBATE POLÍTICO

La crisis ha copado gran parte del mandato del sexto presidente de la historia de Chipre (2008-2013), Demetris Christofias, que lidera el Partido Progresista del Pueblo Obrero, de corte comunista --es el único presidente comunista en toda la UE--.

La crisis también ha centrado la campaña electoral, una de las más agrias, y el programa de los dos principales candidatos a suceder a Christofias. Anastasiades ha esgrimido como eslogan 'La crisis necesita un líder', que, a juicio de los analistas, cuenta con cierto crédito político aunque no tanto carisma como su principal rival, Malas, que ha enarbolado el lema 'La crisis necesita un líder creíble'.

Y la crisis, asimismo, ha relegado a un segundo plano el asunto político por antonomasia en Chipre: la reunificación de la región grecochipriota --la reconocida internacionalmente-- y la turcochipriota, en el norte de la isla, tras cerca de 40 años de conflicto.

La tradicional controversia política entre chipriotas de origen griego y turco, palpable en la denominada Línea Verde --el muro que divide Nicosia, la capital de Chipre, entre la parte septentrional turca y la meridional griega-- cederá el protagonismo político al cócktail de recortes en el gasto público y subidas de impuestos que, desde el pasado año están promulgados, en vistas al rescate financiero que tendrá que firmar el presidente salido de las urnas este domingo.