MADRID, 22 Jun. (EUROPA PRESS) -
Un pequeño grupo de oficiales de la CIA está operando en secreto en el sur de Turquía para ayudar a decidir qué combatientes de las fuerzas rebeldes sirias reciben armas al otro lado de la frontera para su lucha contra el Ejecutivo, según fuentes de Inteligencia estadounidenses y árabes citadas por el diario 'The New York Times'.
Las armas, entre las que se incluyen rifles, lanzagranadas, armas antitanque y munición, son introducidas a través de la frontera turca mediante una red de intermediarios, entre los que se encuentra el movimiento Hermanos Musulmanes sirio, pagada por Turquía, Arabia Saudí y Qatar.
Según estas informaciones, los agentes de la CIA llevan varias semanas en el sur de Turquía, en parte para evitar que las armas lleguen a combatientes vinculados a Al Qaeda y otros grupos terroristas. El Gobierno estadounidense ha dicho en reiteradas ocasiones que no entregará armas a los rebeldes, aunque sí ha reconocido que algunos países vecinos podrían estarlo haciendo.
Por su parte, Damasco ha denunciado múltiples veces a los gobiernos de Arabia Saudí, Qatar y Turquía de estar ayudando con armas y dinero a los rebeldes para llevar a cabo ataques en el país.
La red clandestina integrada por la CIA es el esfuerzo más detallado hasta el momento respecto a la participación estadounidense en la campaña armada contra el Gobierno sirio. Informaciones en este sentido fueron publicadas en mayo por el diario 'The Washington Post', que apuntó que los rebeldes sirios han recibido más y mejor armamento en un operativo financiado por los países del Golfo Pérsico y coordinado por Estados Unidos.
"Los agentes de la CIA están allí y están intentando conseguir nuevas fuentes y reclutar a gente", ha dicho un funcionario árabe de Inteligencia. Asimismo, fuentes estadounidenses han manifestado que Washington está valorando la entrega de asistencia adicional a los rebeldes, tales como imágenes por satélite e información de Inteligencia sobre la localización y movimientos de las tropas sirias.
Además, el Gobierno estadounidense está considerando ayudar a la oposición a establecer un servicio de Inteligencia rudimentario en las filas opositoras, aunque no se han tomado decisiones en este sentido. Tampoco se han decidido medidas más agresivas, como el envío de personal de la CIA a Siria, según 'The New York Times'.
Hasta el momento, la imagen que ha querido transmitir Estados Unidos ha sido una limitada a la ayuda humanitaria y el respaldo diplomático a la oposición. Al mismo tiempo, ha criticado duramente a Rusia e Irán por supuestamente enviar armamento a las Fuerzas Armadas sirias, argumentando que la inyección de armas en el país podría provocar un incremento de la violencia.
Pese a ello, el presidente estadounidense, Barack Obama, pidió en marzo al Pentágono que preparara un amplio rango de operaciones militares dentro de un plan de contingencia. En el abanico de posibilidades se contempla el lanzamiento aéreo de ayuda humanitaria, la vigilancia aérea de las tropas sirias y el establecimiento de una zona de exclusión aérea similar a la impuesta en Libia en 2011.
FLUJO DE ARMAS
Desde el mes de marzo se ha registrado un aumento del flujo de armas y municiones a los rebeldes a través de la frontera turca, lo que ha provocado un aumento de las operaciones del Ejército sirio en la zona para intentar desbaratar dicha infraestructura.
En mayo, los rebeldes aseguraron que el flujo de armas se había incrementado significativamente después de que Qatar y Arabia Saudí, entre otros países, decidieran destinar millones de dólares a la compra de armas, principalmente, en el mercado negro de la región y a los militares sirios.
Otros miembros de la oposición aseveraron que están en contacto directo con funcionarios del Departamento de Estado de Estados Unidos para designar a los receptores del armamento y los lugares de almacenamiento. Según estas fuentes, el material estaría siendo almacenado en Damasco, en Idleb, cerca de la frontera con Turquía, y en Zabadani, cerca de la frontera con Líbano.
Pese a ello, fuentes militares estadounidenses han dado visiones contrapuestas respecto al impacto de estas armas en las operaciones rebeldes, que se han incrementado en número y precisión.
En este sentido, el ex oficial de Inteligencia estadounidense en Afganistán Joseph Holliday, quien ahora es investigador especializado en el Ejército Libre Sirio (ELS), ha recalcado que "los rebeldes están empezando a romper el código para destruir tanques". Sin embargo, otras fuentes han dicho que estas armas son "minucias" en comparación con las que posee el Ejército del país árabe.