WASHINGTON, 15 Sep. (Reuters/EP) -
El acuerdo con el fiscal especial Robert Mueller de Paul Manafort, exjefe de la campaña electoral del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para declararse culpable de dos delitos y cooperar con los fiscales podría aclarar preguntas sin respuesta sobre la investigación de la campaña, según han informado este viernes expertos legales.
El acuerdo de Manafort con Mueller para cooperar "plena, veraz, completamente y con franqueza" podrá poner a prueba la negativa de Trump sobre la injerencia rusa en las elecciones estadounidenses de 2016, según abogados que no participaron en el caso.
Randall Eliason, un ex fiscal general y profesor de Derecho en la Universidad George Washington, ha señalado que el acuerdo, que limita a diez años una sentencia que podría haber sido mucho más larga, es un "trato bastante bueno" que sugiere que el equipo de Mueller valora la cooperación de Manafort.
Rudy Giuliani, el exalcalde de Nueva York que representa a Trump en la investigación sobre la injerencia rusa, ha afirmado este viernes a Reuters que Manafort "no sabe nada dañino para el presidente y la declaración es la mejor prueba para eso". La Casa Blanca ha asegurado que un comunicado que el acuerdo no ha tenido "absolutamente nada que ver" con el presidente ni con su campaña electoral de 2016.
Manafort asistió a una reunión en la Torre Trump en junio de 2016 entre representantes rusos y altos funcionarios de campaña, incluidos el hijo y yerno de Trump, que esperaban recibir información sobre la candidata presidencial demócrata Hillary Clinton.
Cualquier información que Manafort pudiera ofrecer sobre esa reunión y otros episodios podría profundizar la investigación de Mueller, según expertos legales, lo que aumentaría la presión sobre el magnate neoyorquino. El mandatario y sus aliados han pedido en reiteradas ocasiones que la investigación finalice y Trump la describe como una "caza de brujas".
Trump considera a Mueller epicentro de una "caza de brujas" contra él y su entorno y no ha dejado de cuestionar sus investigaciones, cuyo principal cometido es esclarecer si Rusia interfirió de alguna forma en las elecciones presidenciales de noviembre de 2016.
Algunos expertos legales han recalcado que si Trump y sus asesores solicitaban ayuda a sabiendas de Rusia, podrían haber violado las leyes de financiación de campaña y un estatuto que penaliza las conspiraciones para perjudicar el funcionamiento del gobierno de Estados Unidos.
Los investigadores de Mueller también podrían preguntar a Manafort para saber si el equipo de Trump ofreció algo a los rusos a cambio de ayuda electoral, según Seth Waxman, un ex fiscal federal.
Otros asuntos sobre los que se podría cuestionar a Manafort son sus vínculos comerciales y personales con el aliado de Trump, Roger Stone. Las comunicaciones de Stone han sido un asunto de la investigación de Mueller, según han dicho fuentes familiarizadas con las entrevistas de otros asociados de Stone.
En agosto Manafort ya fue condenado por ocho cargos de delitos económicos por un jurado popular y estaba previsto que el próximo lunes comenzase la selección de un nuevo jurado para analizar si había blanqueado dinero, manipulado testigos o cometido irregularidades al no registrarse como agente extranjero, entre otros delitos.
La concesión de Manafort ante Mueller es un simbólico golpe contra Trump, que el mes pasado elogió a su antiguo asesor precisamente por no haber llegado a un acuerdo, como sí hizo su exabogado personal, Michael Cohen. "A diferencia de Michael Cohen, se negó a inventarse historias para llegar a un acuerdo. ¡Cuánto respeto por un hombre valiente!", señaló el magnate neoyorquino a través de su cuenta en Twitter.