ESTAMBUL, 14 Sep. (Reuters/EP) -
Fuerzas turcas y milicianos del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) han mantenido tiroteos esporádicos en la ciudad de Diyarbakir, la más importante del sureste de Turquía de mayoría kurda, a pesar del toque de queda impuesto por las autoridades.
El toque de queda afecta solamente al barrio histórico de Sur, pero la presencia policial era muy evidente en los demás barrios de la ciudad, donde han empleado gases lacrimógenos contra los pequeños grupos de manifestantes concentrados durante la noche, han informado testigos presenciales.
El gobierno de la provincia de Diyarbakir ha informado de que el toque de queda ha sido impuesto en respuesta a los ataques contra edificios públicos, cortes de carreteras y actos de sabotaje del PKK.
El despliegue de seguridad incluye la presencia de vehículos blindados en las entradas de Sur, un barrio rodeado por las imponentes murallas que datan de la época bizantina. Algunos vecinos de Sur han abandonado la zona por temor a la violencia y se han instalado en viviendas de vecinos.
En la ciudad de Cirze, también en el sureste del país, este lunes se ha anunciado el levantamiento del toque de queda después de más de diez días en vigor.
Más de un centenar de policías y militares y cientos de milicianos del PKK han muerto desde que se reanudaron los enfrentamientos tras el fracaso del alto el fuego pactado entre las partes en el marco de las negociaciones de paz iniciado en 2012. Es el peor estallido de violencia que vive Turquía en las dos últimas décadas.
El domingo murieron dos policías en un atentado con coche bomba contra un control en la provincia de Sirnak. La respuesta con helicópteros militares acabó con la vida de seis milicianos del PKK.
Desde que el PKK se alzó en armas en 1984 para reivindicar la independencia del sureste turco de mayoría kurda han perdido la vida por la violencia más de 40.000 personas.