HAIFA (ISRAEL), 28 Nov. (Reuters/EP) -
Un tribunal israelí ha condenado a penas de prisión este jueves a seis árabe-israelíes por la muerte a manos de una turba en 2005 de un hombre armado judío que mató a cuatro personas a bordo de un autobús en su localidad.
Ninguno de los seis hombres, procedentes de la localidad de Shfaram, en el norte de Israel, ha sido condenado por provocar directamente la muerte de Eden Nathan-Zaada, un desertor del Ejército de 19 años y colono de extrema-derecha en Cisjordania. Todos ellos han sido condenados por delitos menores junto con un séptimo imputado, que ha recibido una pena de cárcel suspendida.
El abogado de la defensa, Siry Khourieh, había argumentado durante el juicio que era injusto, ya que los hombres actuaron en legítima defensa. Los árabe-israelíes son procesados raras veces por matar a un asaltante en el lugar de un incidente, defendió Khourieh.
Los árabes, en su inmensa mayoría musulmanes, suponen alrededor de una quinta parte de la población de Israel.
El Tribunal de Distrito de Haifa ha condenado a tres de los hombres a 24 meses de cárcel y a otros tres a entre once y veinte meses. Decenas de residentes de Shfaram se han manifestado delante del tribunal y han manifestado su apoyo a los siete imputados.
Vestido con un uniforme militar y con una 'kipá' judía, Nathan-Zaada abrió fuego a bordo de un autobús en Shfaram, matando a siete árabes e hiriendo a 22 personas, todas ellas, salvo siete, árabes. A continuación, los residentes enfurecidos mataron a Nathan-Zaada en el lugar de los hechos mientras la Policía intentaba intervenir.
Responsables de seguridad dijeron después que el hombre confiaba aparentemente en desencadenar una ola de violencia sectaria para tratar de evitar la retirada de Israel de la Franja de Gaza, que se culminó semanas después.
El pasado 29 de julio, el tribunal había condenado a cuatro de los hombres por intento de homicidio, a dos por asalto agravado y al séptimo por asalto y obstrucción a un oficial de Policía.
Durante el juicio se supo que Nathan-Zaada ya había sido controlado, desarmado y esposado por la Policía tras su ataque cuando una turba se apoderó de él, pisoteándole y apedreándole hasta la muerte.