MADRID 18 Sep. (EUROPA PRESS) -
Un conocido rapero griego vinculado a la izquierda ha muerto tras una discusión durante la noche del martes en la fue apuñalado por un supuesto neonazi en el sur de Atenas, según ha informado este miércoles el diario griego 'Kathimerini' en su página web.
La Policía ha detenido al supuesto agresor, un hombre de 45 años, tras registrar varias oficinas de la formación de extrema derecha Amanecer Dorado, situadas en la avenida Mesogeion en Atenas, después del ataque mortal. El detenido, simpatizante del partido, ha admitido haber apuñalado al rapero, según fuentes policiales.
Pavlos Fyssas, más conocido por su nombre artístico Killah P., murió poco después de ser trasladado al hospital de Tzanneio. Según la Policía, poco antes de morir, el rapero mencionó el nombre de su agresor.
Según las autoridades policiales, la discusión comenzó en una cafetería, donde ambos estaban viendo un partido de fútbol durante la noche del martes en el barrio de Amfiali, en el sur de Atenas. Tras la discusión, el neonazi salió de la cafetería, donde esperó, junto a otras 15 personas, para atacar al rapero.
Killah P., de 34 años, ha formado parte de la escena del hip hop en Grecia desde 1997.
El partido anticapitalista ANTARSYA y el Partido Comunista han condenado el ataque y han acusado a Amanecer Dorado de estar detrás de la muerte del cantante. Ambas formaciones han asegurado que el rapero había sido atacado por estar involucrado en actividades antifascistas.
El portavoz de ANTARSYA, Petros Constantinou, ha asegurado que no había habido ninguna disputa antes del incidente, sino que un grupo de antifascistas habían sido atacados por miembros de Amanecer Dorado en la puerta de la cafetería. Según Constantinou, el ataque tuvo lugar en presencia de varias unidades de Policía.
El parlamentario de Amanecer Dorado Ilias Kasidiaris, en respuesta a las acusaciones, ha negado que su partido esté involucrado en el incidente, y ha asegurado que interpondrán una demanda por falsas acusaciones.
Kasidiaris ha afirmado que no hay motivación política detrás del ataque y que sus opositores estaban acusando injustamente a su partido de crear "un clima de polarización y guerra".