El crecimiento económico amenaza con reducir el agua de las ciudades en un 60 por ciento para 2050

Sequía en Sudáfrica
SIPHIWE SIBEKO / REUTERS
Actualizado: sábado, 7 mayo 2016 11:28

Oriente Próximo, Asia y África se exponen a más inestabilidad si se ignoran las iniciativas que propone las organización

MADRID, 7 May. (EDIZIONES) -

El crecimiento económico, apunta el Banco Mundial en su último informe, es un negocio sediento. En un entorno marcado por el cambio climático, el incremento de la población y de los salarios, así como la expansión sin freno de las ciudades, modificará en las próximas décadas la gestión del agua potable en las ciudades de todo el mundo, o de lo contrario el acceso urbano al agua para consumo humano podría reducirse en un 60 por ciento en 2050.

"Si continúan las actuales políticas de gestión del agua y los modelos climáticos actuales son correctos", según el informe 'Cambio climático, agua y economía', "la escasez proliferará en regiones en las que actualmente no existe, y en las zonas donde ya falta no hará sino empeorar".

Los cálculos del Banco Mundial anticipan un escenario gravísimo en las zonas habitualmente más afectadas por la escasez: África, Oriente Próximo y suroeste de Asia. Una gestión más eficaz, sin embargo, podría reducir la alarma en las dos últimas regiones y contribuir incluso a la estabilización de las mismas. "Los cambios en la disponibilidad del agua inducen a la migración y pueden hacer estallar un conflicto civil", señala el informe.

El propio Banco Mundial reconoce que es una tarea muy difícil. "Los desafíos son enormes", apuntan los responsables del informe, porque el aprovechamiento del agua implica reconocer con vistas a un futuro la íntima relación que existe entre la comida, la energía, las ciudades y el medio ambiente. Pero a pesar de los obstáculos, "las acciones necesarias no tienen por qué ser costosas" y los beneficios económicos, destacables.

Y aunque no existe una "solución universal", el Banco Mundial ofrece tres pautas principales a seguir, que pueden ser adaptadas por los países dependiendo de su particular idiosincrasia.

PRIMERO, PLANIFICACIÓN, OPTIMIZACIÓN E INCENTIVOS

Para construir comunidades más resistentes al cambio climático, el Banco Mundial propone fomentar maneras más eficaces de redestinar el agua a través de nuevas normativas y regulaciones a través de instituciones específicas que gocen de credibilidad. La idea es que la gente con bajos ingresos pueda acceder al agua a un precio más razonable que el actual. Hay que abandonar la tradicional concepción de que el agua es un recurso de las élites.

Más aún, cada sector particular -- la agricultura y la energía, especialmente -- debe reordenar sus prioridades. Y debe hacerlo urgentemente. "La adopción de las medidas recomendadas", señala el informe, "ha sido lenta, dubitativa y por debajo de los niveles deseados porque los incentivos deberían estar orientados a beneficiar la adquisición privada de la tecnología necesaria, en lugar de al sector público".

DESPUÉS, INCREMENTAR LA DISPONIBILIDAD DEL AGUA

El Banco Mundial recomienda invertir en infraestructuras para el almacenamiento de agua y en el desarrollo de tecnologías de reciclaje y reutilización. "Y, cuando sea posible, en técnicas de desalinización", apunta el informe.

Todo ello porque la ampliación de los almacenes del agua va a ser vital en algunos países, particularmente en los más secos. Sin embargo, es necesario manejar "estas herramientas con precaución", y deberán ir acompañadas por "políticas que promuevan la eficiencia en la distribución del agua" para que esta cantidad adicional no caiga en manos de unos pocos.

POR ÚLTIMO, REDUCIR LA INCERTIDUMBRE

El Banco Mundial indica que nadie puede predecir con exactitud lo que va a suceder en los próximos años. Pero sí es posible establecer una serie de políticas que minimicen el nivel de incertidumbre derivada de extremos cambios de temperatura.

"Es necesario planificar mejor las ciudades y protegerlas de inundaciones y súbitas crecidas de las aguas, y concienciar a los ciudadanos del impacto que representa el cambio climático", explica el informe.

El Banco Mundial reconoce que "las consecuencias exactas de este fenómeno son inciertas, y es posible que las inversiones destinadas a su contención puedan ser costosas", pero con cabeza fría y perspectivas de futuro es perfectamente posible reducir su precio a niveles asequibles y, con décadas por delante, no hay medida de prevención que acabe resultando inútil.