NUEVA YORK 14 Ene. (EUROPA PRESS) -
La Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) anunció ayer que enviará a Costa Rica un equipo de expertos para evaluar los albergues improvisados que alojan a unos 1.900 damnificados por el terremoto que sacudió la zona centro del país el pasado 8 de enero.
Según cifras preliminares, al menos 17 personas murieron y una veintena se encuentra desaparecida como consecuencia del seísmo de 6,1 grados en la escala de Richter y con epicentro 30 kilómetros al norte de San José, que afectó directamente a 2.500 personas.
Aunque las autoridades del país centroamericano no han solicitado asistencia internacional, la oficina regional de OCHA ha determinado que las principales necesidades de la población perjudicada son el acceso al agua potable y a los servicios médicos y sanitarios, además de refugio para protegerse de posibles terremotos e inundaciones. Además cerca de la mitad del país se encuentra en alerta roja debido al colapso de la infraestructura o al temor de nuevos temblores de tierra.
En ese sentido, varios organismos de la ONU, incluidos el Fondo para la Infancia (UNICEF), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Programa para el Desarrollo (PNUD) apoyan a las autoridades costarricenses en la evaluación de daños y las tareas de ayuda, según informaciones del centro de noticias de la ONU recogidas por Europa Press.