ROMA, 3 Jun. (EUROPA PRESS/Leyre Guijo)
Roma acogerá desde hoy y hasta el jueves la Conferencia de Alto Nivel sobre la Seguridad Alimentaria Mundial: los Retos del Cambio Climático y la Bioenergía organizada por la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y que contará con la presencia de varios jefes de Estado y de Gobierno, como José Luis Rodríguez Zapatero.
El objetivo es abordar la seguridad alimentaria ante la fuerte subida que han experimentado los precios de los alimentos así como los efectos que en ésta tienen el cambio climático y los biocombustibles y tratar de dar respuestas y soluciones.
La conferencia, que se ha convertido ya en una cumbre sobre la seguridad alimentaria debido al nivel de sus participantes, es el resultado de los análisis y consultas realizados por expertos sobre el cambio climático y la bioenergía creados a raíz de la última conferencia de la FAO el pasado noviembre. Así pues, los trabajos se basarán en las conclusiones a las que han llegado los expertos y grupos de presión y las aportaciones que hagan los participantes.
La cita, a la que tanto la FAO como algunas ONG han calificado de "oportunidad histórica para relanzar la lucha contra el hambre y la pobreza e impulsar la producción agrícola en los países en desarrollo", parte con el objetivo en primer lugar de identificar los nuevos retos de la seguridad alimentaria mundial; lograr una comprensión mejor de la relación que existe entre seguridad alimentaria, cambio climático y bionergía; y discutir y adoptar programas, políticas y estrategias no sólo para garantizar la seguridad alimentaria sino también para hacer frente al alza actual experimentada por los precios de los alimentos.
En los tres primeros meses de 2008, los precios nominales internacionales de los principales productos alimentarios alcanzaron los niveles máximos de los últimos 50 años, mientras que los precios en términos reales fueron los más altos en casi 30 años. Además, en un informe conjunto elaborado por la FAO y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), ambos organismos advirtieron de que aunque los precios de los productos agrícolas básicos se moderarán no se espera que registren un descenso marcado en los próximos 10 años.
"La comunidad internacional necesita urgentemente una acción coherente para hacer frente al impacto del alza de precios sobre las personas pobres y hambrientas", subrayó en la presentación del citado informe el director general de la FAO, Jacques Diouf, quien recordó que en el mundo hay "cerca de 862 millones de personas que sufren hambre y desnutrición". De éstas, la FAO calcula que unos 820 millones viven en los países en desarrollo, que son precisamente los que se prevé que se verán más afectados por el cambio climático.
El principal desafío que trae aparejado consigo el cambio climático es que en un mundo con un número creciente de habitantes que reclaman más alimentos -se estima que la demanda de alimentos se duplicará para 2050-- hay que ver cómo alimentar a esas personas y a la vez conservar el medio ambiente, que se ve afectado por la subida de las temperaturas, los fenómenos meteorológicos extremos o el aumento de las plagas entre otras cuestiones. Además, hay que tener en cuenta que las actividades agrícolas y forestales contribuyen a degradar la Tierra y suponen uno de los principales emisores de gases con efecto invernadero.
BIOCOMBUSTIBLES
Es en este punto donde entran los biocombustibles, que con toda seguridad acapararán gran parte de las intervenciones y los debates de estos tres días, puesto que aunque son muchos sus partidarios por sus efectos positivos de cara a la emisión de gases y a generación de empleos, cada vez son más sus detractores, que ven en ellos una de las causas de la subida de los precios de los alimentos.
Los biocombustibles se han visto impulsados en los últimos tiempos por la subida de los precios de los combustibles fósiles como el gas y el petróleo, pero también debido a las políticas adoptadas por algunos países que entre otras cosas han promovido subsidios a su producción o exenciones fiscales con el fin de garantizar no sólo el suministro eléctrico sino también luchar contra el cambio climático.
Sin embargo, advierte la FAO, aunque "la producción de bioenergía puede beneficiar el desarrollo rural y reducir la pobreza aumentando el empleo y creando nuevas oportunidades de mercado", al tiempo que supone una "energía más limpia y eficiente", también hay que tener en cuenta que hoy en día se está empleando para su producción materias primas que producen de cultivos alimentarios como la caña de azúcar, el maíz o la colza, "lo que repercute en el suministro de alimentos". Esto se debe, según la agencia de la ONU, a que la tecnología actual no es la adecuada por lo que propone el uso de tierras degradadas o marginales y de prácticas agrícolas adecuadas.
No obstante, la bioenergía sólo supone alrededor del 10% de la demanda mundial de energía y los combustibles líquidos que esta genera representan menos del 2% de los combustibles empleados en el transporte terrestre de todo el mundo, por lo que no se puede decir que sean la principal o la única causa de la fuerte subida de los precios de los alimentos, que en algunos países como Haití han provocado disturbios y dejado incluso muertos.
OTRAS CAUSAS
También caben señalar otros factores como las malas cosechas registradas en algunos países debido en parte al clima, la disminución gradual de las reservas, los cambios en la estructura de la demanda en los países en desarrollo -donde un mayor consumo de carne exige a su vez un mayor consumo de cereales para alimentar a los animales-- o las medidas especulativas que se producen en los mercados financieros.
Estos serán pues otros de los temas a tratar durante estos tres días junto la mitigación de los efectos del cambio climático en la agricultura y la pesca; los problemas de las plagas y enfermedades transfronterizas; la gestión de riesgos de desastres o el problema del agua.
La conferencia comenzará a las 9:00 horas con un discurso del presidente de la República italiana, Giorgio Napolitano; seguido del secretario general de la ONU, Ban Ki Moon; y el director general de la FAO, Jacques Diouf. Asimismo, está previsto que un mensaje del Papa Benedicto XVI a los asistentes. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, tiene previsto intervenir hacia el mediodía de mañana para reclamar, entre otras cosas una "reflexión serena" sobre el uso de los biocombustibles.
También han confirmado su asistencia el presidente francés, Nicolas Sarkozy, el brasileño, Luiz Inácio 'Lula' da Silva, la argentina, Cristina Fernández, el egipcio, Hosni Mubarak, o el primer ministro japonés, Yasuo Fukuda. Más polémica ha generado la presencia del presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, y la del mandatario de Zimbabue, Robert Mugabe, cuyo país es uno de los más afectados por la crisis alimentaria, entre otras cuestiones debido a la enorme inflación.