Las bombas de los hoteles Ritz-Carlton y Marriott en Yakarta ponen fin a cuatro años sin atentados graves
MADRID, 26 Jul. (EUROPA PRESS) -
Los atentados contra los hoteles Ritz-Carlton y Marriott en Yakarta del pasado 16 de julio suponen el final de una etapa de cuatro años sin atentados terroristas importantes en Indonesia. Los expertos consideran que este doble atentado es un signo de que la política antiterrorista del Gobierno indonesio es una víctima de su propio éxito, ya que al mermar las filas de la Yemaa Islamiya, el grupo se ha fragmentado en varias organizaciones independientes que actúan por su cuenta y que son mucho más difíciles de controlar.
Algunas de estas escisiones del grupo islamista tienen un carácter plenamente legal, pues se centran en el adoctrinamiento en el Islam más radical de los jóvenes indonesios o en la edición y publicación de libros y panfletos de propaganda. Por esta razón, expertos como el analista de la International Relations and Security Network (Red de Relaciones Internacionales y Seguridad, ISN) Simon Roughneen consideran que el siguiente paso de las autoridades debe ser la batalla ideológica.
El presidente Susilo Bambang Yudhoyono, recientemente reelegido, "se ha esforzado por implantar una democracia en ebullición y unas libertades que han dado rienda suelta a la red de pesantren (internados islamistas) y editoriales de Yemaa Islamiya y sus simpatizantes", indicó Roughneen.
"Los atentados suicidas del 16 de julio son una clara muestra de que esto no puede seguir así si quieren una Indonesia libre de terrorismo", agregó.
Las autoridades ya han descubierto que uno de los suicidas del 16 de julio estudió en escuela coránica regentada por un imán islamista radical, Abú Bakar Bashir, cofundador e ideólogo de Yemaa Islamiya.
ESCISIÓN DE YEMAA ISLAMIYA
El grupo responsable del doble atentado --en el que murieron nueve personas y 50 más resultaron heridas-- parece ser la escisión de Yemaa Islamiya dirigida por Noordin Mohamed Top, un malasio que huyó a Indonesia en busca de refugio tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra Washington y Nueva York. Top se convirtió desde entonces en el líder del sector más duro de Yemaa Islamiya, defendiendo los postulados de Al Qaeda.
Producto de esta orientación son los atentados del grupo de Noordin Top contra el hotel Marriott de 2003 y contra la Embajada australiana en Yakarta en 2004. Estos ataques ni siquiera fueron apoyados por la dirección de Yemaa Islamiya, que consideraba contraproducente atentar contra los intereses occidentales de Indonesia. Según esta corriente más moderada, este tipo de atentados provoca detenciones y resta apoyo popular al grupo.
El progresivo alejamiento del grupo de Top de Yemaa Islamiya culminó en 2005, cuando el propio Top se autodenominó Al Qaeda en el Archipiélago Malayo. El hecho de que este grupo sea el único con capacidad real para perpetrar este tipo de ataques y que haya declarado los intereses occidentales como objetivo hacen de Top el principal sospechoso de los atentados de los hoteles Ritz-Carlton y Marriott.
Además, según la Policía, los explosivos empleados en el doble atentado son similares a los incautados a Saifuddin Zuhri, alias 'Sabit', quien ejercía de contacto de Top con un grupo islamista de la isla de Java.
A pesar de que Top y su grupo actúan por libre, siguen dependiendo de Yemaa Islamiya para su protección. De hecho, una de las razones por la que no ha habido atentados en Indonesia en los últimos cuatro años podría ser algún tipo de acuerdo por el que Yemaa Islamiya prestaría protección a Top a cambio de que no atentase contra intereses extranjeros en el país. Se cree que Top vive en la región de Cilacap, en el centro de Java, bajo la protección de las familias afines a Yemaa Islamiya.
En cuanto a la motivación de Top, hay que buscarla en la 'fatua' emitida por Usama bin Laden por la que se emplaza a los musulmanes a atacar los intereses occidentales "con la esperanza de que anide el miedo en los corazones de las gentes" de países "opresores" como Estados Unidos, Reino Unido, Australia o Israel, según palabras de uno de los detenidos en el atentado contra el hotel Marriott de Yakarta en 2003.
Además, los empresarios extranjeros son uno de los objetivos declarados del grupo, según se desprende de uno de los documentos incautados a otro de los socios de Top, Azhari Husin. "La muerte de empresarios extranjeros tendrá un impacto mayor", aseguraba Husin, abatido más tarde por las fuerzas de seguridad. El hotel Marriott es considerado un centro "de la actividad empresarial judía", según un texto publicado en una web islamista radical poco después del doble atentado.
OPCIONES DEL GOBIERNO
Roughneen, del ISN, critica abiertamente la "infantil e inapropiada teoría de la conspiración" esgrimida por el presidente Yudhoyono, quien asegura que los atentados pretenden eclipsar su toma de posesión.
"Debería centrarse en el problema real. Podría utilizar el rechazo público que han causado las muertes en los indonesios y extranjeros junto con su reciente victoria electoral para dar una nueva vuelta de tuerca sobre los fundamentos ideológicos de Yemaa Islamiya y otros grupos vinculados a Al Qaeda", sostiene.
El informe realizado por el International Crisis Group (ICG) sobre los atentados es mucho más cauto. "El Gobierno no debe precipitarse endureciendo la legislación antiterrorista. Es demasiado fácil cambiar las leyes sin comprender por qué han arraigado algunas células terroristas", sostiene.
"Hay que prestar más atención a las escuelas afines a Yemaa Islamiya, no cerrarlas, sino elaborar programas que generen una mayor interacción con el Gobierno indonesio", prosigue.