Las familias que queden sin empleo se verán obligados a utilizar a sus hijos como fuente de ingresos, alertó
MADRID, 10 Jun. (EUROPA PRESS) -
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) advirtió hoy de que la actual crisis económica global agravará el problema del trabajo infantil en el mundo, ya que muchas familias se quedarán sin empleo y deberán acudir a sus hijos como fuente de ingresos. En estas circunstancias, precisó, los sectores de población más afectados serán los más vulnerables, en especial las niñas.
"Vamos a encontrarnos con una situación peor que la que teníamos antes de la crisis", declaró el director de la oficina de la OIT en España, Juan Felipe Hunt, durante la rueda de prensa organizada en Madrid por la organización con motivo del Día Mundial contra el Trabajo Infantil, que se celebra mañana.
Según Hunt, los efectos de la actual crisis global seguramente se sigan sufriendo aún durante seis a ocho años "incluso a partir de que las cifras económicas empiecen a recuperarse". Una situación así, agregó, "repercute en el trabajo formal, ya que multitud de personas se están quedando sin empleo", pero también en el trabajo informal, "porque no hay actividad económica".
"Esto afecta a todos, y si las familias no tienen trabajo informal ni trabajo formal pero tienen hijos, el peligro de que esos niños tengan que hacer una serie de actividades para subsistir aumenta considerablemente", manifestó.
En la actualidad, según la OIT, trabajan en el mundo 218 millones de niños. De ellos, 126 millones --uno de de cada doce-- "lo hacen expuestos a las peores formas de trabajo infantil", explicó Hunt. En el contexto de la actual crisis, precisó, estas cifras pueden "incrementarse".
La "peor parte de la crisis", advirtió Hunt, se la llevan las niñas, muchas de las cuales "están sometidas a prostitución, abusos sexuales o servicios domésticos en los que los abusos son sistemáticos en muchos casos". En una crisis "todo es vulnerable, pero unos son menos vulnerables que otros", y en este caso, "la parte más vulnerable es la población femenina", declaró. "Es el trabajo escondido de las mujeres, ese trabajo sometido a explotación, el que más va a sufrir la crisis", advirtió.
LOS CONVENIOS Y LOS PROGRAMAS
"Las sociedades que se basan sobre todo en el trabajo infantil están hipotecando su presente y su futuro", advirtió Hunt. "Se ha comprobado que la erradicación del trabajo infantil es económicamente más ventajosa que su mantenimiento, que son mayores las desventajas por mantenerlo que los beneficios que genera", agregó.
Al respecto, Juan Felipe Hunt recordó que el trabajo infantil está regulado desde hace muchos años mediante diversas disposiciones internacionales, como el Convenio sobre Trabajo Forzoso de 1930, que dispone la eliminación del trabajo forzoso y obligatorio en todas sus formas; el Convenio sobre Abolición del Trabajo Forzoso de 1957; el Convenio sobre Edad Mínima de 1973, que estipula que la edad mínima de admisión al empleo no debería ser inferior a la edad en que cesa la enseñanza obligatoria; y el Convenio sobre las Peores Formas de Trabajo Infantil.
Este último, aprobado en junio de 1999, ratificado por 169 de los 181 Estados miembros de la OIT y que, como el resto de convenios, es de obligado cumplimiento, prevé medidas inmediatas y efectivas para asegurar la prohibición y la eliminación de las peores formas de trabajo infantil, incluidos la esclavitud y prácticas similares, el reclutamiento forzoso de niños para conflictos armados, la utilización de menores en prostitución y pornografía y cualquier actividad ilícita y el sometimiento de los niños a trabajos que puedan perjudicar a su salud, seguridad y moral.
Desde la puesta en vigor del convenio, explicó Hunt, el trabajo infantil ha disminuido en América Latina desde el 15 a 16 por ciento de hace diez años al cinco a seis por ciento actual. "En América Latina el proceso de ratificación fue muy rápido", precisó. "En Asia y África se están haciendo esfuerzos muy importantes, pero América Latina está más desarrollada y eso ayuda a que los programas funcionen mejor", agregó.
En América Latina, según la OIT, se estima que actualmente hay 5,7 millones de niños trabajando en sectores tan dispares como la agricultura (1,32 millones de niños de entre cinco y 14 años), el servicio doméstico (175.000 empleados), la pesca, el sector manufacturero, la explotación sexual o como niños soldado (se calculan 30.000 en todo el subcontinente). La mayoría de los niños que trabajan en América Latina, según el organismo, lo hacen para sus familias y no reciben ninguna remuneración.
En la actualidad, la OIT --que en 2009 cumple noventa años desde su fundación-- lleva a cabo dos planes mundiales de erradicación del trabajo infantil, el Programa Internacional para la Eliminación del Trabajo (IPEC), aprobado en 1992 y que ejecuta más de mil proyectos en 80 países, y el proyecto SCREAM (siglas en inglés de Defensa de los Derechos del Niño a través de la Educación, las Artes y los Medios de Comunicación), un programa de sensibilización y actuación que se encuentra actualmente en su fase VI.