Crónica O.Próximo.- La Iniciativa de Ginebra detecta un positivo cambio de mentalidad en Oriente Próximo

Actualizado: viernes, 9 julio 2010 16:47

Posturas monolíticas dejan paso a un crecimiento de importancia de los moderados frente a los "radicales que secuestran las soluciones a la paz"

MADRID, 9 Jul. (EUROPA PRESS) -

La Iniciativa de Ginebra, el plan alternativo de paz para Oriente Próximo, considera que el debate entre palestinos e israelíes para alcanzar el final del conflicto en la región ha evolucionado "en los últimos años" desde una postura monolítica a una división entre moderados y extremistas de ambas partes. El triunfo de los primeros sobre los radicales "que secuestran las soluciones" para la paz y, en un plano práctico, un acuerdo concreto en relación al problema de la ocupación israelí que satisfaga a ambas partes, son elementos esenciales para que las "conversaciones de proximidad" lleguen a buen término.

Así lo consideran los portavoces de la Iniciativa, el director de la oficina del secretario general del comité ejecutivo de la OLP, Samer Jader, y el experto en historia de Oriente Próximo por la universidad de Tel Aviv, Elad Dunayevsky, representantes de los dos lados del conflicto, quienes se han pronunciado este viernes sobre los últimos acontecimientos que han configurado la situación actual en la región.

Sus discrepancias son puntuales, pero ambos coinciden en dos aspectos fundamentales: la necesidad de que la comunidad internacional ejerza presión para impulsar las negociaciones y el convencimiento de que Hamás, el movimiento islamista que ostenta actualmente el control sobre la Franja de Gaza, se verá privado del apoyo de los palestinos en cuanto se adviertan progresos en las conversaciones de paz.

"Cuando comparamos narrativas históricas", explicó Dunayevsky a Europa Press, "israelíes y palestinos no nos ponemos de acuerdo sobre el pasado. Pero eso no es lo importante: hay que ponerse de acuerdo sobre el futuro". La Iniciativa de Ginebra, presentada oficialmente en 2003, contempla el reconocimiento de un Estado Palestino que gozará de "total contacto diplomático con Israel", bajo la supervisión de una Fuerza Multinacional que vigilaría la retirada israelí de los territorios del futuro estado en un plazo máximo de 30 meses tras la entrada en vigor del acuerdo, con Jerusalén como capital de los dos estados.

"TODOS ESTAMOS PERDIENDO"

Jader y Dunayevsky conciben la actual situación entre palestinos e israelíes como "un juego de suma cero", donde una parte obtiene ganancias a costa de las pérdidas de la otra. Visto desde otra perspectiva: "en algún momento, todos perdemos", asegura Dunayevsky. El actual Gobierno israelí del primer ministro Benjamin Netanyahu es, dependiendo de a quién se le pregunte, una solución o un problema.

"Es un gran mentiroso", asegura Jader, quien rememora una época pasada en la que Netanyahu y "su cohorte" no hacían "sino incrementar la presión" y "realizar declaraciones inflamatorias", ingredientes que culminaron, en 1995, en el asesinato del primer ministro israelí y premio Nobel de la Paz, Isaac Rabin. Quince años después, el primer ministro insiste en realizar "comentarios contradictorios" a favor y en contra del proceso de paz, y con el respaldo de "halcones de ultraderecha" como el ministro de Exteriores, Avigdor Lieberman, quien refleja "el lado más brutal de la diplomacia israelí".

Dunayevsky se muestra más esperanzado con Netanyahu en el poder al frente de la coalición dirigida por su partido, el Likud. "Le bendigo", asegura el experto israelí. "Ha intentado acercarse, y creo que la coalición de poder en Israel es lo suficientemente resistente como para permitirle conseguir avances de cara al final de su legislatura. Quiero creer que tiene tiempo para ser realista".

PRESIÓN INTERNACIONAL

Ambos coinciden en valorar positivamente los efectos de la presión internacional, en particular la desencadenada tras el asalto israelí del pasado 31 de mayo al barco humanitario 'Mavi Marmara', en el que perdieron la vida nueve activistas turcos. Dunayevski mantiene que la condena de los incidentes a bordo del barco emitida por Naciones Unidas, si bien no critica específicamente a Israel, junto con las críticas internacionales, ha contribuido al aliviamento del bloqueo israelí sobre la Franja de Gaza, el mismo embargo que el 'Mavi Marmara' intentaba romper.

Dunayevski aboga por proseguir con la presión internacional. En este sentido, el experto israelí indica que el gobierno hebreo no debería repetir episodios como el sucedido durante la visita a Israel del vicepresidente estadounidense, Joe Biden, quien el pasado 9 de marzo abogó por la congelación de los asentamientos israelíes en territorio ocupado, y que fue respondido por Israel con el anuncio de la construcción de nuevas viviendas en la colonia de Ramat Shlomo, en Jerusalén Este, un acto condenado por Estados Unidos como "provocador" y del que Dunayevski, en retrospectiva, se mostró "avergonzado" como ciudadano israelí.

Esta misma presión internacional debería aplicarse a un tema esencial en las conversaciones de paz y que suponen, a juicio de Dunayevski, una de las "concesiones más extraordinarias" realizadas por Israel: su voluntad de excarcelar a un millar de prisioneros palestinos --algunos de ellos condenados por asesinato o, como se conoce en Israel "con sangre en sus manos-- a cambio de la liberación del soldado israelí Gilad Shalit, secuestrado hace cuatro años en la Franja de Gaza y actualmente en manos de Hamás.

"Estamos completamente seguros de que sigue vivo", aseguran al unísono Dunayevski y Jader. Este último recuerda que "el asesinato de rehenes está prohibido por la ley islámica". Y la oferta israelí es demasiado buena como para rechazarla. "Hamás debería aceptarla inmediatamente", sentencia el experto israelí porque "con esta propuesta, Israel ha sobrepasado todos los límites".

Hamás, actual Gobierno de facto en la Franja de Gaza tras la toma de poder efectuada en verano de 2007 sobre las fuerzas de Al Fatá --del presidente del Gobierno palestino en Cisjordania reconocido internacionalmente, Mahmud Abbas--, no debería ser parte activa de las negociaciones porque, a juicio de ambos, es una parte "inflamatoria" que alimenta la división entre los palestinos y sirve a los intereses de los elementos israelíes más radicales. "No nos están ayudando. No contribuyen en absoluto", afirma Jader. "Nunca han demostrado un compromiso con la paz y transmiten un mensaje muy peligroso", sentencia. "Por eso no me gustan".

Dunayevski agrega que el apoyo popular de los palestinos a Hamás ha disminuido sensiblemente desde la victoria del grupo islamista en las elecciones palestinas de 2006, con un 44 por ciento de votos a favor. "Según encuestas en los territorios palestinos, el apoyo ha disminuido por debajo del 10 por ciento", aseguró el experto israelí. "Y cuando haya un acuerdo sólido de paz, la vasta mayoría de los palestinos les abandonarán", pronosticó.

"Hace muchos años, el conflicto era entre israelíes y palestinos. Pero en los últimos años, el conflicto ya no es entre estas dos últimas partes, sino entre moderados y extremistas en Israel y Palestina", concluye Dunayevski. "Los radicales están secuestrando las soluciones. Es hora de que los líderes de ambas partes manifiesten sus verdaderas intenciones para la paz".