La Eurocámara afirma que el nuevo mandato negociador respeta sus exigencias pero lamenta que la UE externalice su seguridad
BRUSELAS, 24 Mar. (EUROPA PRESS) -
La Comisión Europea propuso hoy formalmente negociar un nuevo acuerdo que permita a Estados Unidos acceder a los datos bancarios de ciudadanos europeos gestionados por el consorcio Swift para investigaciones antiterroristas. El mandato negociador diseñado por Bruselas incluye más garantías de privacidad para atender a las exigencias de la Eurocámara, que el mes pasado tumbó el pacto provisional que ya habían alcanzado Washington y los 27.
El objetivo de Bruselas es que el acuerdo esté concluido en verano para evitar cualquier "vacío de seguridad", ya que en estos momentos EEUU no tiene cobertura legal para acceder a los datos de Swift, que sólo se conservan durante 124 días. "El programa ha demostrado su eficacia en el pasado y confío en que continuará haciéndolo en el futuro, previendo al mismo tiempo el mayor nivel de protección posible para los datos personales de los ciudadanos de la UE", dijo la comisaria de Interior, Cecilia Malmström.
La Eurocámara acogió favorablemente las propuestas del Ejecutivo comunitario, que deben ser aprobadas por los 27. "Está claro que la Comisión ha escuchado y ha respondido a las principales preocupaciones del Parlamento", dijo la responsable de Swift en el Parlamento, la liberal holandesa Jeanine Hennis-Plasschaert. No obstante, lamentó que "la UE continúa externalizando sus investigaciones financieras a EEUU".
El Parlamento Europeo tumbó el pasado 11 de febrero el acuerdo provisional sobre datos bancarios que habían alcanzado los 27 y EEUU por considerar que no se había tenido en cuenta su punto de vista en las negociaciones y que el pacto no protegía suficientemente la privacidad. El Ejecutivo comunitario se compromete ahora a informar a la Eurocámara "de manera completa e inmediata" de todas las etapas de la negociación, según dijo la responsable de Interior.
Además, el mandato negociador incluye una serie de salvaguardas para garantizar la protección de los datos que no estaban en el pacto provisional. En primer lugar, las transferencias de datos a EEUU deberán ser aprobadas por una autoridad judicial. Además, se reconoce a los afectados el derecho de acceso, rectificación y borrado de datos, así como el derecho a la tutela administrativa y judicial efectiva y no discriminatoria.
"El futuro acuerdo establecería explícitamente la reciprocidad de EEUU en caso de que la UE creara su propio programa de seguimiento de la financiación del terrorismo", dijo la comisaria de Justicia, Viviane Reding.
Los datos bancarios sólo podrán ser solicitados por Washington para investigaciones antiterroristas. No podrán transferirse masivamente a países terceros, sólo podrán enviarse las pistas sobre terroristas que surjan del análisis de los datos. La UE tendrá derecho a cancelar el acuerdo si cree que EEUU lo incumple y los datos sólo podrán conservarse un máximo de 5 años.
Ahora corresponderá a EEUU decidir si acepta todas estas condiciones. El Gobierno estadounidense expresó su decepción por el voto de la Eurocámara y aseguró que constituía un paso atrás en la colaboración antiterrorista entre la UE y EEUU.
Desde 2007, ya existía un acuerdo entre la UE y EEUU que permitía a los americanos acceder a los datos de Swift y contemplaba una serie de salvaguardas en materia de protección de datos. Se firmó tras descubrirse que la administración estadounidense había estado espiando sin ningún control las transacciones de Swift desde los atentados de Nueva York y Washington en 2001.
Pero ahora, Swift ha decidido repatriar a la UE el servidor que tenía en EEUU, y desde el que la administración estadounidense accedía a los datos bancarios, para proteger mejor los datos de sus clientes. Para que EEUU siga pudiendo acceder a los datos que se encuentran en territorio europeo, en Bélgica y en Países Bajos, necesita firmar un nuevo acuerdo con la UE.
Los datos obtenidos gracias a este pacto contribuyeron a investigaciones como la de los atentados del 11-M en Madrid o la de la trama que pretendía hacer estallar aviones en pleno vuelo entre Reino Unido y Estados Unidos en 2006.