MADRID 29 Ago. (EUROPA PRESS) -
El premio Nobel de la Paz y ex arzobispo sudafricano Desmond Tutu ha afirmado este miércoles que Egipto y Siria "necesitan una intervención humanitaria, no una militar" y ha sostenido que "los que manejan de forma egoísta los poderes económicos, ideológicos y religiosos no pueden seguir subvirtiendo los intereses de la mayoría de miembros bienintencionados de la familia humana".
"Las crisis violentas en Siria y Egipto están haciendo que la población mundial pida ayuda, pero a pesar de nuestros avances tecnológicos y científicos, de nuestra inteligencia colectiva, los seres humanos aún tenemos que desarrollar medios para solucionar este tipo de crisis sin recurrir a la violencia", ha dicho a través de un comunicado publicado por su fundación.
En el mismo, ha destacado que "las imágenes emitidas por la televisión son una retrospección de los días previos a la invasión de Irak en 2003".
"Los inspectores de Naciones Unidas sobre armas químicas están en el terreno en Siria, pero necesitan tiempo para terminar su trabajo. Se ha de recordar a Estados Unidos y sus aliados que el Derecho Internacional requiere la aprobación del Consejo de Seguridad para un ataque militar en respuesta al presunto uso de armas químicas por parte de Siria", ha agregado.
Así, ha abogado por "hablar y no luchar para evitar nuevos derramamientos de sangre". "Tenemos que hablar sobre cosas incómodas, como las relaciones entre los países occidentales y el mundo islámico, así como las de Israel y Palestina".
"Esta es una llaga infectada que se ha ulcerado desde hace demasiado tiempo. Tenemos que hablar sobre por qué algunas personas recurren al terrorismo. Tenemos que desarrollar nuestra comprensión de los demás en lugar de desarrollar nuestra capacidad para dañarles", ha argumentado Tutu.
En este sentido, ha explicado que "sólo hablando se aprenderá a respetar al resto lo suficiente como para desarrollar respuesta colectivas a las crisis".
"Sólo si confiamos en los demás resolveremos nuestras diferencias sin recurrir a la violencia. Es un desprestigio para la humanidad que casi 70 años después de la creación de la ONU no estemos más cerca de resolver nuestras diferencias de forma pacífica", ha agregado.
Por último, ha expresado que "invadir Siria podría llevar a la captura o el asesinato del presidente, Bashar al Assad, podría suponer la creación de las bases para una vida mejor para la población, pero también podría provocar una escalada de tensiones y violencia en Oriente Próximo".
"Lo que es seguro es que no contribuirá a la mejora sostenible de las relaciones o la seguridad sobre la Tierra. No merece la pena correr ese riesgo", ha remachado.
ESCALADA DE TENSIÓN
Los contactos diplomáticos se han intensificado en los últimos días, después de que Estados Unidos y sus aliados reafirmaran que mantienen "todas las opciones" y que sus Fuerzas Armadas están preparadas para llevarlas a cabo.
Fuentes del Gobierno estadounidense han aseverado a la cadena NBC que el ataque contra Siria podría lanzarse "tan pronto como este jueves" y que duraría "tres días". El objetivo principal sería mandar un mensaje al Gobierno de Bashar al Assad, por lo que tendría un alcance limitado.
En este contexto, el presidente sirio ha negado otra vez que su Gobierno haya usado armas químicas en la guerra civil, indicando de que tales acusaciones son de "carácter político", y ha alertado a Occidente de que, si invade el país árabe, "le espera el fracaso".
ATAQUE QUÍMICO
Las alarmas saltaron el pasado 21 de agosto, cuando las tropas gubernamentales lanzaron un ataque químico sobre Damasco dejando cientos de muertos y miles de afectado, según han denunciado activistas y opositores.
Este supuesto ataque químico ha activado el engranaje de la política internacional permitiendo que, tras meses de espera, finalmente un grupo de expertos de Naciones Unidas llegara a Siria para investigar estas denuncias sobre el terreno.
El Gobierno sirio ha dado su visto bueno, permitiendo el acceso irrestricto de los expertos de la ONU a todo el territorio, a pesar de que hasta ahora se había negado a que investigaran también las denuncias de la oposición.