WASHINGTON 5 Abr. (Reuters/EP) -
Washington está ultimando un plan para incrementar el entrenamiento y el envío de armas de pequeño calibre a los rebeldes sirios moderados que combaten desde marzo de 2011 contra las fuerzas del régimen de Al Assad, según dos fuentes de las fuerzas de seguridad estadounidenses.
En un momento en el que los soldados sirios parecen ganar terreno a costa de derrotas y luchas internas en los rebeldes, Estados Unidos aboga por aumentar el apoyo a los combatientes rebeldes moderados, la mayoría de ellos con bases en el sur de Siria y en Jordania, según fuentes conocedoras del plan han desvelado a la agencia Reuters.
Sin embargo, la dimensión del apoyo será modesto y el armamento que enviará Estados Unidos no incluirá misiles tierra-aire, una de las principales demandas de los comandantes insurgentes, según estos mismos funcionarios norteamericanos.
Estas fuentes justifican la negativa de Washington a suministrar este tipo de armamento más avanzado en el peligro de que sean desviados a grupos islamistas que operan en Siria y que podrían utilizarlas para atacar a aliados, a Israel o contra objetivos civiles.
Este nuevo apoyo que el Gobierno de Barack Obama contempla brindar no incurriría en gastos adicionales para el Congreso, según estas fuentes. Un antiguo funcionario estadounidense que conoce el plan ha precisado que el entrenamiento de rebeldes se haría en pequeñas unidades y, en estas labores, también participarían países aliados como Arabia Saudí, Jordania, Francia y los Emiratos Árabes Unidos.
Estas fuentes, no obstante, admiten que estas nuevas ayudas no supondrán un factor de cambio sobre el terreno, aunque sí podría generar vínculos de confianza y aliados en unas futuras fuerzas revolucionarias en caso de que Al Assad fuera derrocado.
Desde Washington y Bruselas recuerdan que las milicias insurgentes más poderosas tienen nexos terroristas como el Frente al Nusra y el Estado Islámico para Irak y Siria, afines a la organización terrorista Al Qaeda.
Este rosario de grupos armados que conforman las filas rebeldes, desde moderados a islamistas, ha disuadido a las potencias occidentales de ayudar de forma más contundente a las fuerzas que luchan contra el régimen de Damasco.
También ha propiciado que el presidente Obama haya rechazado hasta el momento una intervención sobre el terreno, algo que incluso podría ralentizar la puesta en marcha de este plan, puesto que el entrenamiento de rebeldes implicaría el despliegue de efectivos militares o fuerzas especiales en el terreno.
La guerra civil en Siria, que ya se ha cobrado la vida de más de 140.000 personas y ha desencadenado una crisis humanitaria en los países vecinos por las sucesivas olas de refugiados, se encuentra enquistada en los principales bastiones rebeldes en las provincias de Alepo y Homs, y en el sur del país, donde el Ejército avanza cada vez con mayor notoriedad.