SAN JUAN ARRIBA (HONDURAS), 3 (Reuters/EP)
Los equipos de rescate están trabajando con picos y palas para abrirse camino hasta los once mineros atrapados por un corrimiento de tierras en una mina ilegal en el sur de Honduras y están cerca de llegar a tres de ellos, según han informado este jueves las autoridades.
Los trabajadores quedaron atrapados cuando la entrada de la mina en San Juan Arriba se derrumbó este miércoles. Según las autoridades, la mina, a 110 kilómetros al sur de Tegucigalpa, había recibido la orden de cerrar hace unos meses porque no era segura.
Los equipos de rescate han conseguido contactar con tres de los trabajadores y están cerca de llegar a ellos, si bien los otros ocho están desaparecidos y se desconoce si siguen vivos.
"La situación es compleja, es difícil porque los túneles son estrechos, se ramifican en varias direcciones", ha explicado Moises Alvarado, un responsable de emergencias en la región, en entrevista telefónica.
Otro problema, según las autoridades, es la creciente amenaza de lluvias que podría provocar la suspensión de la búsqueda. "Esa zona es toda de caliza, que es sensible a la lluvia y que podría provocar corrimientos, amenazando la seguridad de las personas implicadas en el rescate", ha señalado Oscar Triminio, portavoz de los bomberos, a Reuters.
Gerardo Flores, el gerente hondureño de Mayan Gold, una empresa minera estadounidense que tiene su sede cerca y que está participando en las labores de rescate, ha indicado a la televisión local que sin comida, agua y con poco aire, los mineros atrapados podrían vivir solo tres o cuatro días. "Los problemas solo están empezando para los atrapados", ha afirmado.
CONTACTO AUDITIVO
"Con los tres mineros que hemos localizado tenemos contacto auditivo. Están golpeando sus picos y palas y gritando", ha explicado el teniente Manuel de Jesus Reyes, un bombero de la cercana ciudad de Choluteca. "Parece que hay menos ruido hoy, pero seguimos trabajando para llegar hasta ellos y salvar sus vidas", ha asegurado.
Cientos de personas, incluidos familiares y vecinos, se han congregado cerca de la entrada de la mina, por lo que los soldados han evacuado la zona por temor a que se puedan producir nuevos corrimientos.
Juan Bautista Méndez, de 48 años, ha explicado que su sobrino de 25 años está atrapado. El joven comenzó a trabajar hace tres semanas en la mina, donde los mineros ganan unos 14 dólares al día, tres veces más que el salario medio en la región, ha precisado. "Yo no trabajaría ahí porque es muy peligroso pero estos chicos quieren ganar más", se lamenta Méndez.
El viceministro de Medio Ambiente, Carlos Pineda, ha indicado a la televisión local que la mina era ilegal y que había recibido la orden de cerrar por parte de las autoridades mineras hace meses. "Una inspección demostró que no eran túneles con vigas de madera y luz, sino un simple agujero en el suelo", ha afirmado.