BEIRUT 16 Sep. (Reuters/EP) -
El Estado Islámico ha comenzado a retirar su artillería pesada de las ciudades y sus miembros han reducido su aparición en los medios y se han retirado de las calles para esconderse en los sótanos de sus bastiones o mezclarse con la población civil en Siria y evitar así convertirse en un objetivo fácil de los ataques aéreos estadounidenses.
El discurso del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, el pasado 11 septiembre, en el que anunció los ataques aéreos en Siria, ha cambiado los planes del Estado Islámico. Desde entonces, sus miembros, que suelen responder a las preguntas en Internet, no se han conectado ni manifestado. Sus líderes tampoco han respondido de manera directa a Obama y ni siquiera lo mencionaron en el vídeo de decapitación del británico David Haines, publicado el sábado.
Mientras Estados Unidos busca apoyos regionales e internacionales para enfrentarse de manera conjunta contra el Estado Islámico, el grupo yihadista ha convertido la incertidumbre en la base de su nueva estrategia. En Irak, los milicianos han dejado la artillería pesada y se han asentado en zonas civiles, camuflados entre el resto de ciudadanos, por lo que no se descarta que estén haciendo lo mismo en Siria.
Los vecinos de Raqqa, una localidad siria ubicada 450 kilómetros al noreste de Damasco, han presenciado diversas acciones que confirman la teoría anterior. El Estado Islámico ha evacuado los edificios que utilizaba como oficinas, ha redistribuido su artillería pesada y ha reubicado a las familias de los combatientes fuera de la ciudad.
"Están intentando seguir con la acción", ha señalado una fuente de Raqqa. "Tienen células dormidas en todas partes", ha explicado este vecino, que ha añadido que los milicianos solo se reúnen en lugares "muy limitados".
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), que estudia la violencia de la guerra civil, tampoco cree que el Estado Islámico haya desaparecido temporalmente. De hecho, el OSDH ha documentado el derribo de un avión militar del Gobierno por parte del Estado Islámico cerca de Raqqa.
Otro residente de Raqqa cree que "el Estado Islámico está realizando ahora movimientos de táctica defensiva al recolocar sus activos en diferentes lugares para que su artillería pesada no esté concentrada en un solo lugar". El jefe del Estado Mayor de Estados Unidos, Mark Dempsey, ha prometido este martes "una campaña persistente y sostenible" contra el Estado Islámico en Siria, y probablemente Washington está observando sus posiciones en Raqqa.
CONTROL DE LA VIDA SOCIAL
En Raqqa, el Estado Islámico no solo pretende hacerse con el control del poder, sino imponer su interpretación radical del Islam en todos los aspectos de la vida social, desde el tráfico hasta las panaderías. Además, los milicianos han iniciado una campaña de promoción de su ideología, que al mismo tiempo supone una advertencia para el pueblo.
En los últimos días, los milicianos han repartido entre los vecinos de Raqqa un comunicado de 14 puntos en el que explican sus nuevas leyes. El Estado Islámico incide en la prohibición del tabaco y el alcohol o en la obligación de que las mujeres se cubran y permanezcan en casa. Además, el panfleto también advierte de que cualquier simpatizante del Gobierno del presidente, Bashar al Assad, se expone a la muerte.
El Estado Islámico quiere resaltar así "la gran diferencia" que introducirán sus normas respecto al "opresivo Gobierno secular" de Al Assad. Los milicianos defienden un estilo de vida "feliz" al que ya se han sumado varios ciudadanos, ya sea por miedo o por convicción.
Para el analista del Instituto Delma en Abu Dhabi, Hasán Hasán, el comunicado del Estado Islámico es "como el palo y la zanahoria". "Obviamente es un movimiento para tranquilizar a la sociedad pero les advierte al mismo tiempo", ha señalado.
APARIENCIA DE NORMALIDAD
El Estado Islámico ha intentado pasar desapercibido y desaparecer de la esfera pública en los últimos días. "Están dando la impresión de que no les importa", ha comentado un vecino, que ha asegurado que, a pesar de la repentina desaparición de los milicianos "la gente está preocupada y asustada".
Desde el discurso de Obama, las tiendas en Raqqa han permanecido cerradas y el valor del dólar estadounidense se ha disparado en el mercado de divisa local, según los residentes. Decenas de personas han abandonado la ciudad, aunque no ha habido señales de una migración masiva.
Sin embargo, gobernar Raqqa no es el principal objetivo, sino sobrevivir a los ataques aéreos norteamericanos. "El Estado Islámico siempre ha tenido un plan de respaldo, incluso antes de las noticias sobre una inminente acción por los estadounidenses", ha subrayado Hasan.
En una de las pocas respuestas al anuncio de Obama, un miembro del Estado Islámico advertía de los ataques a Estados Unidos y a sus aliados si continuaban con las acciones militares contra el grupo, según el servicio de control SITE. Según el investigador del Instituto Delma, el grupo todavía tiene que lanzar su respuesta pero lo harán de manera "confusa" para que la sociedad no sepa "qué esperar".