BRASILIA, 27 Sep. (Reuters/EP) -
En una visita a Israel hace dos años, el legislador brasileño de extrema derecha Jair Bolsonaro se inclinó hacia atrás en el río Jordán en una túnica blanca para ser bautizado entre los brazos de un compañero congresista y pastor evangélico.
Aunque aún es un católico declarado, Bolsonaro goza del respaldo de los cristianos evangélicos de Brasil, que lo han ayudado a convertirse en el favorito para la primera vuelta de la elección presidencial del 7 de octubre.
Los evangélicos responden por uno de cada cuatro votantes en el país católico más grande del mundo y por más de un 20 por ciento de sus legisladores federales. Muchos han sido cautivados por la temprana adopción de Bolsonaro de las guerras culturales y su estridente retórica contra los homosexuales.
Por ejemplo, en una entrevista en 2011 con 'Playboy Brasil', Bolsonaro, padre de cinco hijos, afirmó que no podría ser capaz de amar a un hijo suyo que fuera gay. "Preferiría que mi hijo hubiera muerto", sostuvo.
Esos votantes ahora quieren que el excapitán del Ejército encabece un contraataque conservador contra la agenda progresista del Partido de los Trabajadores (PT), que gobernó Brasil durante buena parte de los últimos 15 años.
Sus partidarios consideran la elección de Bolsonaro como crucial para poner fin al reconocimiento por parte de los tribunales brasileños de las uniones civiles entre personas del mismo sexo y para detener el impulso hacia el matrimonio entre homosexuales.
También quieren detener los esfuerzos legislativos por legalizar el aborto, las drogas, las apuestas y la investigación de células madre. Y también quieren bloquear cualquier intento para penalizar la discriminación basada en orientación sexual o identidad de género. Sobre todo, quieren que las escuelas públicas retiren la educación sobre derechos de lesbianas, gays, bisexuales y transgéneros (LGBT).
"La izquierda fue demasiado lejos", dijo el obispo Robson Rodovalho, fundador de la Iglesia Sara Nossa Terra, en Brasilia, que tiene 1,6 millones de seguidores. "Adoctrinar a escolares sobre el sexo le dio asco a mis padres. Hoy estamos viendo una fuerte reacción", comentó.
Al igual que muchos otros líderes evangélicos, está llamando a sus seguidores a votar por Bolsonaro, cuyo nombre del medio es Messias, la palabra portuguesa para "Mesías".
Los jefes de la campaña de Bolsonaro han dicho que los votos de los evangélicos serán decisivos para asegurar la victoria. Se han reunido con líderes religiosos en todo el país para oír su visión de Brasil. El candidato, que se ha casado tres veces, acompaña a su esposa evangélica a la iglesia los domingos, según asesores.
La popularidad de Bolsonaro aumentó después de que fue apuñalado en el abdomen por un agresor con problemas psiquiátricos en un mitin de campaña a principios de septiembre, lo que le ha obligado a detener su campaña para recuperarse.
Aunque lidera los sondeos para la primera vuelta, también tiene la tasa más alta de rechazo de todos los candidatos, lo que podría jugar en su contra en una segunda vuelta.
Los sondeos anticipan actualmente que su probable rival será el candidato del PT Fernando Haddad, exalcalde de Sao Paulo. Haddad reemplazó al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva cuando a éste se le prohibió presentarse a la elección debido a una condena por corrupción. Un sondeo de Ibope publicado el miércoles mostró que Haddad derrotaría a Bolsonaro por un margen de 6 puntos en un balotaje entre ambos.