MADRID, 3 Jun. (EUROPA PRESS) -
Los expertos independientes de Naciones Unidas han advertido de cara a la celebración de una cumbre para acabar con el sida en 2030, que los enfermos siguen siendo víctimas de numerosas violaciones a los Derechos Humanos, y reclaman a todos los gobiernos que retiren todas aquellas leyes y prácticas que castiguen a las víctimas de esta enfermedad.
En un comunicado escrito por el relator especial de Naciones Unidas en el Derecho a la Salud, Danius Püras; el relator especial en Extrema Pobreza, Phillip Alston; la relatora especial en contra de la Discriminación contra la Mujer, Dubranka Simonovic; y la presidenta del Grupo de Trabajo de la Discriminación contra la Mujer, Frances Raday; se advierte del carácter contraproducente que pueden tener muchas de estas medidas.
"Todas estas medidas y leyes impiden, y en ocasiones obstruyen por completo, el acceso de ciertas partes de la población a la información, así como a servicios y material sanitario que son esenciales para la prevención y el tratamiento del VIH", declaran en el comunicado.
Las barreras en el acceso de servicios sanitarios, como exigir la autorización de una tercera persona para poder conseguir métodos anticonceptivos, provoca que muchas adolescentes y jóvenes no acudan a los centros sanitarios en busca de información sexual y reproductiva. Esto provoca a su vez un mayor riesgo de abortos inseguros, embarazos no deseados e infecciones del VIH.
"Tenemos una oportunidad histórica que no debemos desaprovechar: acabar con el sida. La comunidad internacional ha hecho un gran progreso en la lucha contra el virus, pero ha sido desigual. El desafío actual es llegar a todos aquellos que se han quedado atrás", afirman los expertos.
Las poblaciones específicas a las que se hace referencia en el comunicado, aquellas que se han "quedado fuera" de la lucha contra la enfermedad, incluyen entre otros, a los individuos que se inyectan drogas, que son 24 veces más propensos a convertirse en seropositivos. Las trabajadoras sexuales y las personas relacionadas con el mundo de la prostitución tienen hasta 10 veces más probabilidad de contraer el VIH.
Entre los grupos de riesgo también se incluyen a los hombres que mantienen relaciones sexuales con otros hombres, los transexuales y los presos. Hay pruebas, según el comunicado, de que los entornos sanitarios son uno de los lugares donde más personas experimentan discriminación, incluso agresiones, por el prejuicio que acompaña al VIH.
Algunos ejemplos de discriminación incluyen negar la atención sanitaria, extremas violaciones de la integridad corporal de las víctimas como abortos forzados y esterilizaciones, destruir autorizaciones de terceras personas para evitar el acceso a anticonceptivos o tratamientos impuestos en contra de la voluntad del paciente.