VARSOVIA 22 Jun. (Reuters/EP) -
El fiscal general de Polonia, Andrzej Seremet, ha asegurado este sábado que está dispuesto a dimitir después de que las autoridades realizasen una redada en la revista que publicó una conversación comprometida entre el ministro del Interior, Bartlomiej Sienkiewicz, y el gobernador del Banco Central polaco, Marek Belka, aunque ha indicado que no le parece "el camino correcto".
Varios fiscales, agentes de seguridad internos y policías realizaron una redada en las oficinas de la revista Wprost el pasado miércoles, después de que publicase unas conversaciones privadas entre el ministro del Interior y el gobernador del Banco Central, generando una crisis política en el país.
La medida ha generado numerosas críticas por parte de los medios de comunicación y los partidos de la oposición, que consideran que la libertad de expresión del país ha sido puesta en peligro, por lo que han pedido la dimisión de Seremet.
"He oído muchas veces los llamamientos para que dimita", ha afirmado el fiscal general en una rueda de prensa. "Si mi dimisión contribuyese a calmar la situación estoy preparado para hacerlo. Pero no creo que sea el camino correcto", ha indicado.
El ministro de Justicia, Marek Biernacki, ha criticado que las acciones de los fiscales deberían considerarse como "ir demasiado lejos" y ha afirmado que esta situación "nunca debería haber tenido lugar". Por su parte, Seremet ha defendido su presencia en la revista para "ejecutar la ley", aunque ha reconocido que este caso ha provocado una brecha entre su oficina y el Ministerio de Justicia.
Las grabaciones publicadas incluían una discusión entre Marek y Sienkiewicz, en la que hablaban sobre cómo el Banco Central podría ayudar al Gobierno a evitar una derrota en las elecciones, además de abordar las formas de presionar a empresarios.
Ambos representantes se han defendido asegurando que sus palabras han sido sacadas de contexto y han afirmado que no han vulnerado ninguna ley, ya que sus ideas no han sido llevadas a la práctica. El primer ministro, Donald Tusk, también ha defendido esta idea.