MADRID, 13 Oct. (EDIZIONES) -
La historia de la espectacular fuga de la prisión de Alcatraz de San Francisco de los hermanos John y Clarence Anglin --junto a Frank Morris-- en junio de 1962 está envuelta por un aura de misterio que todavía hoy sigue dando de que hablar.
La última vuelta de tuerca a la historia se ha producido con la emisión en Estados Unidos de un documental de History Channel sobre la fuga en el que familiares de los hermanos Anglin muestran fotografías en las que se demuestran que los presos sobrevivieron a la fuga.
Según el testimonio de sus sobrinos, los hermanos, encarcelados por atraco de bancos, lograron escapar en 1962 de la prisión, sin ahogarse en el intento, tal y como dijo el FBI en su momento. Como prueba, el documental recoge una fotografía de los dos hermanos tomada supuestamente en una granja de Brasil en 1975.
La foto supuestamente muestra a John (a la derecha) y a Clarence Anglin (a la izquierda), con gafas de sol junto a una carretera. La imagen fue tomada por Fred Brizzi, un amigo de la familia, que asegura que se encontró con los hermanos en Río de Janiero en la década de los 70. Años después, en 1992, Brizzi entregó la foto a la familia, que ahora la ha dado a las autoridades.
Durante los últimos 50 años, la versión oficial sobre lo sucedido ha mantenido que los tres presos se ahogaron en la bahía de San Francisco tras conseguir flanquear los muros de la prisión de alta seguridad.
Los hermanos y Frank Morris hicieron réplicas de sus rostros con papel maché y las dejaron en las camas de sus celdas para hacer creer a los guardias que estaban acostados. Mientras, lograron escabullirse por los conductos de la ventilación hasta el techo y embarcarse en una balsa que habían improvisado con chubasqueros de la prisión.
Si consiguieron salir vivos de su travesía a través de las aguas de la bahía de San Francisco es un misterio sin resolver. En 1963, seis meses después de la fuga, el FBI aseguró que unos huesos encontrados en la orilla de la bahía eran los de los hermanos. Sin embargo, una prueba de ADN realizada más adelante con la ayuda de familiares demostró que el ADN no coincidía.
La foto ha atraído la atención de Art Roderick, el agente, ahora retirado, de los US Marshal que llevó la investigación durante 20 años. "Creo firmemente que vamos a conseguir cerrar el caso", concluye en el documental.
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