NUEVA YORK, 27 Sep. (Reuters/EP) -
Las principales potencias de Naciones Unidas se han mostrado divididas a la hora de buscar una solución a la crisis en Malí, y mientras Francia y algunos países vecinos han apoyado una intervención militar para combatir a los islamistas, Estados Unidos ha insistido en que antes de deberían celebrar elecciones para designar un nuevo gobierno legítimo.
El objetivo de la sesión especial de la ONU sobre Malí, celebrada en los márgenes de la Asamblea General de Naciones Unidas, es elaborar un plan para poner fin al caos en que ha caído el país desde el golpe de Estado del pasado mes de marzo y de la consiguiente ocupación del norte, aprovechando el vacío de poder, por parte de los milicianos independentistas tuaregs y de los islamistas (primero aliados y luego enfrentados).
La antigua potencia colonial, Francia, propuso ayer miércoles que el Consejo de Seguridad apruebe, lo antes posible, una resolución que permita una intervención militar en el norte de Malí, tal como defienden algunos países de la zona, temerosos de que el conflicto atravieses sus fronteras.
El presidente francés, François Hollande, ha advertido de que es necesario que se restaure la integridad territorial de Malí lo antes posible y que cualquier pérdida de tiempo complicaría las cosas. Por ello, ha reclamado una resolución sobre Malí en las próximas semanas y, aunque ha descartado su intervención directa, ha prometido apoyo logístico y de Inteligencia.
La petición de Hollande ha sido apoyada por algunos países vecinos de Malí, como Níger, cuyo ministro de Exteriores, Mohammed Bazoum, ha advertido a los delegados de que solo mediante una intervención armada apoyada por potencias amigas podrá erradicarse la inseguridad en la región.
CLINTON
En un sentido contrario, la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, ha pedido prudencia y que los esfuerzos inmediatos se centren en la instalación de un gobierno legítimo antes de empezar a enfocar las divisiones internas del país africano.
"No se trata solo de una crisis humanitaria, es un barril de pólvora que la comunidad internacional no puede tener el lujo de ignorar", declaró durante la reunión. "Al final, solo un gobierno elegido democráticamente tendrá la legitimidad para lograr un acuerdo político negociado en el norte de Malí, poner fin a la rebelión y restaurar el Estado de derecho", añadió.
El Gobierno interino de Bamako ha llegado a un acuerdo con la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) para el posible envío de una misión militar al norte del país y solicitó oficialmente este pasado lunes al Consejo de Seguridad de la ONU que apruebe una resolución que autorice la intervención armada para recuperar el control del territorio de Azawad.
Los islamistas se hicieron en abril con el control del norte del país (dos terceras partes del territorio nacional) aprovechando el caos generado en marzo por el golpe de Estado militar y por la ofensiva lanzada por las milicias laicas tuaregs del Movimiento Nacional para la Liberación del Azawad (MNLA), que finalmente fueron desposeídos de los territorios que habían conquistado inicialmente.
Desde entonces, los islamistas --elementos de Al Qaeda del Magreb Islámico (AQMI) y grupos afines-- han implantado la 'sharia' (ley islámica) en las ciudades de Tombuctú, Kidal y Gao y han destruido templos históricos en los que, según su criterio, se ejercía la idolatría.