KINSHASA, 21 Ene. (Reuters/EP) -
Al menos seis personas han muerto y otras 57 han resultado por la acción de las fuerzas de seguridad congoleñas que dispersaron a tiros y con gases lacrimógenos una nueva protesta en la capital de República Democrática del Congo, Kinshasa, contra el presidente del país, Joseph Kabila.
La Misión de Estabilización de la ONU en República Democrática del Congo (MONUSCO) ha confirmado la cifra de seis fallecidos. "Según el balance provisional que tenemos, seis personas han muerto (en Kinshasa). También hay 57 heridos y más de 100 detenidos" en todo el país, ha indicado una portavoz de la MONUSCO, Florence Marchal, en declaraciones a la emisora Radio Okapi.
De los heridos, seis de ellos han tenido que ser hospitalizados por el impacto directo de latas de gas, según testigos de la agencia Reuters.
La manifestación, una más de las convocadas por los grupos católicos del país contra lo que perciben como un intento de Kabila para perpetuarse en el poder, ha sido virtualmente destruida por la intervención de Policía y paramilitares frente a la catedral de Notre Dame, según el presidente del grupo pro Derechos Humanos de la Asociación Congoleña para el Acceso a la Justicia, Georges Kapiamba.
"Hoy me manifiesto por un motivo muy sencillo: quiero que mis hijos crezcan en un país que respete los Derechos Humanos", ha explicado uno de los participantes en la protesta, Pascal Kabeya. "Kabila ha cumplido sus dos mandatos. Debería irse ya y darle una oportunidad a otra persona", ha añadido.
Kabila se mantiene en el poder a pesar de haber agotado los términos de su mandato. Su permanencia y la incapacidad para dilucidar a un sucesor en las urnas -- las elecciones se han aplazado constantemente hasta diciembre de 2018 -- han sumido el país en el caos y en la violencia política, que se ha cobrado las vidas de decenas de personas y causado que partes del país hayan acabado en manos de insurgentes que han amenazado con seguir la lucha hasta que el presidente abandone el cargo.
El jefe de la Policía en Kinshasa, el general Sylvano Kasongo Kitenge, ha advertido por su parte de que las manifestaciones están prohibidas y que "no se va a tolerar ningún intento de perturbar el orden público", informa Reuters.
El propio Kasongo, escoltado por agentes, ha visitado la carretera que lleva a Notre Dame, donde había una concentración, y ha ordenado a todo el mundo marcharse a casa. "La misa ya se ha terminado. Los curas deberían marcharse a casa y todos los demás deberían hacer lo mismo. De lo contrario, utilizaremos la fuerza y dispararemos gas lacrimógeno. Que quede bien claro", ha advertido.