Fuentes médicas del hospital de Tsjinvali aseguran que entre los muertos y heridos había más civiles que soldados
NUEVA YORK, 14 Ago. (EUROPA PRESS) -
Los ejércitos de Rusia y de Georgia cometieron "ataques indiscriminados" contra la población civil en Tsjinvali, Gori y otras ciudades del país durante los cinco días de combate, según testimonios de muchos ciudadanos recogidos por la ONG Human Rights Watch (HRW) en un informe publicado hoy. Viviendas civiles, hospitales e incluso guarderías fueron atacadas y utilizadas por unidades de ambos ejércitos y milicianos secesionitas surosetios durante los combates.
Esta organización para la defensa de los Derechos Humanos expresó también su fuerte preocupación por la naturaleza de los ataques y pidió a ambos gobiernos que investiguen los posibles crímenes de guerra cometidos por sus fuerzas armadas durante los cinco días de enfrentamientos.
"Las fuerzas de Rusia, Georgia y Osetia del Sur están obligadas por el Derecho humanitario internacional a proteger a los civiles de los combates", indicó la directora de HRW para Europa y Asia Central. "Las últimas informaciones sobre víctimas civiles en Gori, Tsjinvali y otras poblaciones de los alrededores ponen en duda si los ejércitos están respetando esa obligación", añadió.
Una doctora del hospital de Tsjinvali, capital de la región independentista de Osetia del Sur, aseguró haber atendido entre los días 6 y 12 de agosto a 273 civiles heridos y de que el centro había recibido al menos 44 cadáveres, de civiles y soldados, desde que se dio inicio al conflicto.
Además, informó de que entre los días 8 y 11 de agosto el personal sanitario trasladó a los pacientes a la planta baja del hospital debido a los constantes bombardeos. Los propios trabajadores de HRW que visitaron la zona observaron los daños causados en las plantas superiores del centro hospitalario por el impacto de múltiples cohetes.
La doctora, cuyo nombre no fue revelado, aseguró que entre las víctimas y heridos había más civiles que militares y que todos ellos fueron llevados a hospitales móviles instalados por el Ministerio de Emergencias ruso y que al menos dos trabajadoras del hospital, que eran hermanas, murieron por el impacto de artillería mientras se encontraban refugiadas en su casa.
ATAQUES RUSOS EN GORI Y GEROGIANOS EN TSJIVALI
Decenas de civiles murieron o resultaron heridos debido a la explosión que se cobró la vida del periodista holandés de la cadena RTL-1, Stan Storimans, el pasado martes en la plaza de principal de Gori, ciudad situada a unos 30 kilómetros al sur de la frontera de Osetia del norte y a unos 60 de Tiblisi. El atentado tuvo lugar frente al Ayuntamiento de la localidad y, según familiares de víctimas consultadas por HRW, al menos ocho personas murieron en el acto.
"En apenas unos segundos escuché disparos masivos provenientes de muchas lugares. Nos tiramos al suelo, pero algunos no se levantaron nunca", lamentó Nodar Mchedlishvili, un ciudadano georgiano de Gori que acudió aquella mañana a las puertas del ayuntamiento con el objetivo de conseguir alimentos para ocho refugiados surosetios que le habían pedido ayuda.
"Las circunstancias sugieren que las fuerzas aéreas de Rusia llevaron a cabo ataques en Gori", indicó Cartner, quien añadió que Rusia tiene la obligación de investigar este incidente como un posible crimen de guerra y esclarecer su responsabilidad en él.
Los equipos de investigadores enviados por HRW a Tsjinvali ayer aseguran que la ciudad está prácticamente desierta y que hay decenas de edificios de apartamentos y viviendas destruidas por las bombas. "Los agujeros indican que lanzagranadas, artillería pesada y otro tipo de armas que no deberían ser utilizadas en zonas habitadas por civiles", denunció HRW en el informe.
UNA GUARDERÍA UTILIZADA PARA COMBATIR
Una profesora de una escuela infantil de Tsjinvali consultada por HRW aseguró que el edificio en el que trabajaba y varios situados en los alrededores habían sido alcanzados por lanzagranadas "sin importarles la situación de los civiles en esas viviendas. Sólo querían borrarnos de la faz de la Tierra".
Los niños habían sido evacuados poco antes de que se diera inicio a los ataques y que dos miembros de milicias secesionistas surosetios habían utilizado el edificio para esconderse y sobrevivir a los bombardeos.
Además, una mujer de embarazada de ocho meses murió en una calle aledaña el segundo día de conflicto tras ser alcanzada por una bala perdida, según testigos.