BUENOS AIRES 13 Feb. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno de Argentina ha identificado como "narcos" y "antisemitas" a los organizadores de una manifestación el 18 de febrero para recordar al fallecido fiscal Alberto Nisman, fallecido justo un mes antes en extrañas circunstancias.
El secretario general de la Presidencia, Aníbal Fernández, ha advertido en rueda de prensa de la "dudosa procedencia" de algunos de los fiscales que asistirán y del pasado de parte de los convocantes. En este sentido, ha subrayado que "son los que justifican el robo de bebés durante la dictadura o abogados de reconocidos narcotraficantes".
Fernández ha dicho que los convocantes "son los narcos" y la política ultraderechista Ceclia Pando, "que debe tener un brote antisemita fenomenal". A la marcha, además, asistirán fiscales que "hicieron lo imposible" para que "no prosperara" la investigación por el atentado de 1994 contra la AMIA, encabezada por Nisman, ha añadido, según 'La Nación'.
El secretario de la Presidencia ha considerado que el verdadero objetivo de la marcha es generar "impacto político" y "estrépito social" y ha criticado que haya quienes quieran "politizar" la muerte de Nisman, en alusión a una audiencia celebrada en el Congreso el miércoles por iniciativa de la oposición.
Por su parte, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, ha alertado de una "estrategia activa de desestabilización", de "golpismo judicial activo", y ha insistido en que la denuncia presentada en enero por Nisman contra varios altos cargos, incluida la presidenta Cristina Fernández, no tiene "ninguna validez jurídica".
Fuentes judiciales citadas por el opositor diario 'Clarín' han asegurado que el fiscal Gerardo Pollicita podría rescatar la denuncia de Nisman e imputar a la mandataria por encubrir a los supuestos responsables del atentado contra la AMIA. Para Aníbal Fernández, sin embargo, se trata de "una clara maniobra de desestabilización antidemocrática", según la agencia 'Télam'.