OSLO 26 Ago. (Reuters/EP) -
El Gobierno filipino y los rebeldes maoístas han firmado este viernes un alto el fuego indefinido en el marco de los esfuerzos para acabar con un conflicto que se prolonga desde hace casi cinco décadas y que ha dejado unos 40.000 muertos.
"Hay un plan claro para acelerar las negociaciones de paz", ha declarado Jose Maria Sison, el fundador del Partido Comunista, que vive exiliado en Países Bajos, a Reuters. Según ha dicho, el acuerdo de alto el fuego incluye un calendario de conversaciones sobre reformas políticas, económicas y constitucionales.
Además, las conversaciones allanan el camino hacia una amnistía de los presos políticos. Ambas partes volverán a reunirse de nuevo en Oslo el próximo 8 de octubre.
Según había explicado previamente el Ministerio de Exteriores de Noruega, país anfitrión de las conversaciones, la declaración supone la prolongación del alto el fuego unilateral declarado por ambas partes el pasado fin de semana.
La declaración conjunta, según Noruega, "marca la reanudación de las negociaciones formales entre el nuevo Gobierno de Filipinas y el Frente Nacional Democrático de Filipinas (NDFP)". Noruega ha actuado como facilitador del proceso de paz desde 2001, si bien las conversaciones se han venido celebrando de forma intermitente desde 1986.
El nuevo presidente filipino, Rodrigo Duterte, ha dicho que quiere acabar con las guerras de guerrilla tanto con los rebeldes comunistas como con los musulmanes, ya que han estado lastrando la economía del país.
El Nuevo Ejército del Pueblo (NPA), el brazo armado del partido comunista integrado por unos 3.000 hombres, opera principalmente en el este y el sur de Filipinas.