MADRID 17 Ago. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno egipcio en funciones ha acusado a los defensores del depuesto presidente Mohamed Mursi de practicar un "fascismo teológico y religioso" y ha reiterado la voluntad del Ejecutivo de transición de luchar contra el "terrorismo y el radicalismo" que representan los integrantes de los Hermanos Musulmanes, cuyo objetivo, ha indicado, es la violencia y no la protesta pacífica.
"La quema de iglesias, escuelas, museos, los disparos indiscriminados contra los civiles que se encuentran en sus casas, los asesinatos aleatorios y la quema de propiedades públicas y privadas son todas ellas formas de terrorismo", indicó el representante de la Presidencia Mustafá Hijazi.
El portavoz exigió a los manifestantes que "recuperen la razón" y cesen en sus propósitos violentos.
Tal y como lo ve el Gobierno egipcio, el país ahora vive en un estado de "guerra" declarada por "fuerzas extremistas" que intentan "desbaratar la formación de un estado civil".
Ante esta situación, "los egipcios, que ahora están más unidos que nunca, serán protegidos del fascismo religioso", según Hijazi, que prometió que la nueva Constitución del país "será de todos los egipcios y para todos los egipcios", en declaraciones recogidas por la cadena árabe Al Arabiya.