MADRID, 25 Jun. (EDIZIONES) -
La imagen de Kim Phuc, una niña de 9 años entonces, desnuda, con la piel quemada por el napalm bombardeado por un avión del ejército survietnamita y el rostro desencajado por el terror, dio la vuelta al mundo en 1972 y tuvo un gran efecto en la opinión pública de Estados Unidos, que llevaba años contemplando los horrores de la Guerra de Vietnam.
Cuarenta y tres años después de la toma de esa fotografía, la cadena estadounidense CNN ha buscado y entrevistado a Kim Phuc. Con 52 años, Phuc vive ahora como refugiada en Canadá junto a su marido y sus dos hijos y trabaja como Embajadora de buena voluntad de la ONU.
"Siempre recordaré el horrible día que corrí para salvar mi vida", rememora Kim Phuc. En 1972, Phuc vivía en el pueblo de Trang Bang, al norte de Saigón. Se encontraba con su familia en el templo Cao Dai cuando oyó acercarse a los aviones survietnamitas, que soltaron alrededor del templo su carga de napalm en un ataque coordinado con las fuerzas de Estados Unidos.
Phuc todavía recuerda el calor intenso y el dolor que sintió cuando el napalm le golpeó la piel y derritió sus ropas de algodón. Fue justo ese momento de angustia, cuando corría por su vida, con su cuerpo quemado por el napalm, el que captó con su cámara Nick Ut, un joven fotógrafo de guerra.
Recuperarse de sus heridas le costó a Phuc más de un año. Durante todo ese tiempo, mientras duraba su convalecencia, y se sometía a una operación tras otra para tratar de curar las heridas provocadas por el napalm, Phuc llegó a desear morirse. Odiaba la foto en la que aparecía su cuerpo desnudo, le avergonzaba.
"Comprendí que si no podía escapar de la fotografía, la usaría para la paz"
Sin embargo, con el tiempo, cambió de opinión. "Comprendí que si no podía escapar de la fotografía, la usaría para la paz. Esa fue mi elección", señala Phuc 43 años después. Es precisamente lo que hace a través de su fundación, Kim Foundation International, una organización que ayuda a niños víctimas de la guerra.
"Realmente agradezco a Dios que salvara mi vida cuando era una niña. He tenido otra oportunidad de estar viva, de tener salud, de estar saludable y de ayudar a otras personas. Por eso estoy tan agradecida de que esa fotografía fuera tomada y yo la pudiera usar para la paz", recuerda.