MADRID, 20 Ene. (EDIZIONES) -
El conflicto que vive Siria desde hace casi cinco años está generando un aumento constante de desplazados y refugiados. Según los datos del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), son cinco millones los que han buscado refugio en otros países, de los que dos millones son niños que viven en el Líbano, Jordania, Irak, Turquía y otros países, de acuerdo con UNICEF.
Estos no son los únicos datos estremecedores de esta guerra en la que tantos actores están tomando parte. Según las cifras manejadas por UNICEF, son 5,6 millones los niños que se encuentran en una situación de urgencia dentro del país.
En este contexto, con tantos niños viviendo en campamentos improvisados fuera de sus casas, es normal que éstos sueñen con la vida que dejaron atrás, con sus familias enteras, sus casas, sus barrios y, en definitiva, con el fin de una guerra que está ocupando una parte importante de sus vidas. Estos dibujos, fotografiados por Reuters, muestran precisamente esos sueños de paz y esperanza en un futuro incierto.
Tesnim Faydo, de ocho años, muestra un dibujo de una madre llorando la muerte de su hija. La pequeña aparece en la foto rodeada de amigos en un campamento turco junto a la frontera siria.
Abdullah El-Omer, de 15 años, posa en la barbería en la que trabaja en un campo de refugiados de Turquía con una frase que dice: "Quiero el fin de la destrucción en Siria".
Esma El-Gureyb, de 18 años, vive en un campo de refugiados de la provincia de Mardin, en Turquía. Sostiene un cartel en el que se lee: "Mi petición es que nos devuelvas a nuestro hogar. Deja que la guerra y la destrucción termine, déjanos vivir en paz, sin miedo ni devastación. Te lo ruego: devuélveme a mi hogar".
Ali Ristmo, de siete años, muestra su dibujo en el que aparece una mezquita. Lo hace en una clase en un colegio del campo de refugiados de Hatay, en Turquía.
Meryem Mahmo, de 14 años, enseña a cámara un dibujo de cómo era su casa antes de tener que abandonarla. Las palabras en árabe significa: "Déjanos volver a casa. Te echo de menos, Siria". La joven posa en un taller de alfombras en un campo de refugiados en Mardin, Turquía.
Islem Halife, de 11 años, muestra un dibujo de su casa en Siria. Lo que se lee en árabe significa: "Alá es Grande". Islem aparece en una clase en la que enseñan en Corán en el campo de refugiados Nizip de la provincia de Gaziantep, en Turquía.
Ahmet Cemal, de 12 años, muestra en su casa con sus hermanos un dibujo de su casa en Siria. Él está con su familia en el campo de refugiados Nizip de la provincia de Gaziantep, en Turquía.
Kamer Topalca, de 18 años, sostiene un cartel en el que se lee: "Alá nos salve. Déjanos volver a casa a salvo y vivir felices". La joven se encuentra en el campo de refugiados Yayladagi, en la provincia tuca de Hatay, junto a la frontera con Siria.
Rahaf Hasan, de diez años, posa con otros niños en el campo de refugiados de la provincia de Mardin, en Turquía. Ella ha dibujado la casa que dejó atrás en Siria.
Gays Cardak, de seis años, muestra su dibujo en una librería del campo de refugiados de Yayladagu, cerca de la frontera turca con Siria. "Voy a ser un médico y un ingeniero. Los ingenieros reconstruiremos Siria y me llevaré a los soldados al hospital", cuenta el pequeño.
Mustafa Halebi, de 16 años, sostiene un papel en el que se lee: "Soy sirio y quiero volver a Siria". Él ha tenido que marchar hasta el campo de refugiados de Nizip, en la provincia turca de Gaziantep.
Reyyan Emi, de siete años, muestra su dibujo de flores. También debe vivir en el campo de refugiados de Hatay, cerca de la frontera de Turquía con Siria.