MADRID 18 Ago. (EUROPA PRESS) -
Más de 100 iraníes están en huelga de hambre desde hace 21 días en el campo de refugiados de Ashraf --a unos 60 kilómetros al norte de Bagdad (Irak)--, donde a finales del pasado julio se produjo un enfrentamiento con las fuerzas de seguridad iraquíes, que tomaron el control del campo, que se saldó con ocho residentes muertos.
Uno de los participantes en la huelga de hambre, Babak Sasaf, explicó hoy en declaraciones a Europa Press que lo que piden es la liberación inmediata de 36 vecinos del campo de refugiados "detenidos sin cargos" por las fuerzas iraquíes y que el Ejército estadounidense proteja a los habitantes de Ashraf hasta que una fuerza internacional promovida por la ONU se encargue de ello.
La huelga de hambre comenzó dos días después de los enfrentamientos. Según Sasaf, el estado de salud de varias de las personas que han optado por esta medida de presión --cuya edad media es de 45 años-- es "muy malo" y algunas ya han tenido que ser trasladadas a un hospital.
Farhang Sadeghi, que vive en el campo de refugiados desde hace 24 años, incidió en las duras condiciones que padecen los habitantes de Ashraf. "Hace mucho calor, hay 500 heridos y no entran medicinas", dijo a Europa Press, y denunció la falta de protección de los exiliados. "No tenemos protección, no tenemos armas", afirmó Sadeghi, miembro del grupo Muyahidines del Pueblo de Irán (PMOI, por sus siglas en en inglés).
Cerca de 3.500 desplazados iraníes viven en el campo de Ahsraf, en la provincia de Diyala, fronteriza con Irán. La mayoría son miembros del PMOI, inicialmente adscrito a la Revolución Islámica que triunfó en 1979 y posteriormente levantado en armas contra el actual régimen clerical con apoyo del entonces dictador iraquí Sadam Husein, una campaña que terminó a principios de la década de los 90.
Según Amnistía Internacional, que ha condenado igualmente la incursión iraquí, el PMOI estaba clasificado como organización "terrorista" por la Unión Europea y otros Gobiernos, pero en la mayoría de los casos, excepto en Estados Unidos, Canadá, Irak e Irán, esta designación se ha eliminado "alegando que la organización ya no propugna la oposición armada al Gobierno iraní ni participa en ella".
El Ejército estadounidense se encargaba de garantizar la seguridad y la entrada de ayuda humanitaria en el campo hasta principios de este año, momento en el que cedió estas competencias a las autoridades y Ejército iraquíes tras la firma entre Washington y Bagdad del Convenio sobre el Estatuto de las Fuerzas (CEF). Amnistía señala que ningún punto de dicho convenio menciona cambios en el estatus de la población de Ashraf como "personas protegidas"
Haciendo uso de esta autonomía, las fuerzas iraquíes entraron en el campamento el pasado 28 de julio "empleando cañones de agua y porras" según informó Sadeghi a Europa Press. Sadeghi asegura, además, que durante la incursión las tropas iraquíes abrieron fuego contra los residentes del campamento y denunció que, desde el día del asalto, el Ejército iraquí ha bloqueado la entrada de ayuda humanitaria y ha impedido el acceso a los medios de comunicación.
Por su parte, Sasaf, que lleva más de diez años en Ashraf, tachó de "asesinas" a las autoridades iraquíes por lo ocurrido el mes pasado y aseguró que sus fuerzas de seguridad han amenazado a las mujeres que viven en el campo de refugiados --1.000 de los 3.500 residentes-- con someterlas a abusos sexuales.
OCHO MUERTOS
La muerte ayer de un hombre a causa de las heridas sufridas el 28 de julio eleva a ocho las víctimas mortales del asalto al campo de Ashraf, según informó en un comunicado la Secretaría del Consejo Nacional de Resistencia de Irán (NCRI, por sus siglas en inglés), un grupo opositor iraní.
Según el NCRI, pese a haber avisado de que el hombre necesitaba atención médica para curar sus heridas de bala, fracturas y contusiones, las autoridades iraquíes se negaron a proporcionársela. El mes pasado, este grupo afirmó que considerará al primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, "responsable de haber impedido la entrada de médicos" en Ashraf y, por lo tanto de "la muerte de quienes necesitan ayuda médica". En este contexto, amenazó con acudir a los tribunales internacionales.
Aparte, instó ayer al Gobierno estadounidense a no "cerrar los ojos" ante los "crímenes contra la Humanidad" cometidos en Ashraf y recordó que, en virtud del Artículo 45 de la Convención de Ginebra, Estados Unidos debería asumir la protección de los residentes.