Varias delegaciones, entre ellas Estados Unidos, abandonan la sala en señal de protesta
NUEVA YORK, 23 Sep. (EUROPA PRESS) -
El presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, provocó este jueves el enfado de varias delegaciones occidentales en Naciones Unidas, entre ellas Estados Unidos, después de afirmar durante su discurso en la Asamblea General que la mayoría de personas considera que el Gobierno norteamericano se encuentra detrás de los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Tras mostrar sus condolencias por los fallecidos en dichas acciones terroristas, Ahmadineyad recordó que en Afganistán y en Irak han muerto "cientos de miles de personas", mientras que varios millones han resultado heridas o desplazadas.
Acto seguido, expuso los "tres puntos de vista" en torno a la autoría del 11-S y citó como el primero de ellos el que señala como responsable a "un muy poderoso y complejo grupo terrorista capaz de superar todos los niveles de la inteligencia estadounidense y de su seguridad".
"La mayoría de los estadounidenses y otros países y políticos" respaldan la segunda postura, la que apunta a que algunos sectores del Gobierno norteamericano "orquestaron el ataque para recuperar la decadente economía" y "salvar el régimen sionista", añadió Ahmadineyad, que alude con este último calificativo a Israel.
La tercera postura planteada por el líder iraní contempla que la acción fue perpetrada por un grupo terrorista, pero de ella "se aprovechó" la administración de Estados Unidos. "Aparentemente, este es el punto de vista con menos seguidores", declaró.
El presidente de Irán subrayó que la "principal prueba" localizada tras estos atentados eran "unos pocos pasaportes" hallados entre los escombros y "un vídeo".
Tras el atentado, "la máquina de propaganda comenzó a funcionar", lo que, según Ahmadineyad, derivó en la invasión militar de Afganistán que provocó la caída del régimen talibán.
ABANDONO DE LA ASAMBLEA
Estas palabras motivaron la salida de la Asamblea General de algunas delegaciones internacionales, entre ellas la estadounidense y las de varios países europeos, que mostraron de esta forma su enfado por las palabras de un dirigente habitualmente polémico en sus discursos.
La delegación de Estados Unidos respondió en un comunicado a la provocación de Ahmadineyad tachó de "aborrecibles", "delirantes" y "predecibles" sus declaraciones, y sugirió al líder iraní que dedique a "representar las aspiraciones y deseos" de su población, informa 'The New York Times'.