MOSCÚ, 10 Abr. (Reuters/EP) -
El presidente polaco, Lech Kaczynski, ya ordenó al piloto del avión que le trasladaba a Georgia en 2008 aterrizar en Tiblisi a pesar de las advertencias en contra de los controladores aéreos y haciendo uso de sus facultades como comandante en jefe del Ejército para ordenar el aterrizaje. Kaczynski falleció este sábado junto a otras 96 personas al estrellarse el aparato de las Fuerzas Aéreas polacas en el que viajaba en las inmediaciones del aeropuerto militar de Smolensk (oeste de Rusia) cuando los controladores rusos le recomendaron desviarse a otro destino debido a la densa niebla.
Fuentes militares rusas informaron de que el avión polaco fue advertido en reiteradas ocasiones por los controladores aéreos del riesgo de la maniobra de aterrizaje y recomendaron a los pilotos que dieran media vuelta y se dirigieran a Minsk, la capital de Bielorrusia, porque el aeropuerto de Smolensk no dispone del equipo de navegación necesario para recibir aviones cuando hay mucha niebla.
"Cuando estaban a 2,5 kilómetros de distancia, el director del control de tráfico aéreo se percató de que la tripulación había incrementado la velocidad de descenso", indicó el primer adjunto a la jefatura del Estado Mayor de la Fuerza Aérea rusa, Alexander Alyoshin, en declaraciones a la agencia de noticias Interfax.
"El director del grupo de control de tráfico aéreo ordenó a la tripulación colocar el avión en posición horizontal y, al no cumplir su orden, les ordenó en varias ocasiones derivarse a otro aeropuerto", explicó. "Sin embargo, la tripulación continuó el descenso. Desgraciadamente, acabó en tragedia", dijo.
Del mismo modo, el portavoz del Gobierno local de Smolensk, Andrei Yevseyenkov, confirmó a Reuters que "al piloto se le había recomendado que aterrizara en Minsk, pero decidió aterrizar en Smolensk".
La primera reconstrucción del accidente apunta a que el avión, un Tupolev Tu-154, efectuó hasta cuatro maniobras de aproximación fallidas cuando se disponía a aterrizar en el aeropuerto militar de Smolensk, rodeado en ese momento por una densa niebla, que apunta como causa principal del siniestro. El avión se estrelló a un kilómetro y medio de las instalaciones, en una zona boscosa, en torno a 9.00 de la mañana (hora española).
"El avión presidencial polaco no llegó a la pista de aterrizaje. Los primeros indicios apuntan a que chocó contra las copas de los árboles y por ello comenzó a desintegrarse", apuntó el gobernador de Smolensk, Segei Anufriyev, en declaraciones al canal de noticias Russia 24. Un portavoz del Ministerio de Exteriores polaco añadió que "el avión se incendió nada más estrellarse" y que "varios equipos de rescate comenzaron a intentar sacar a los heridos del aparato, gravemente dañado".