COPENHAGUE, 17 Jun. (Reuters/EP) -
El secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, se ha declarado dispuesto a estudiar el documento firmado por más de medio centenar de diplomáticos estadounidense donde critican duramente la actual política sobre Siria y solicitan bombardear a las fuerzas del presidente Bashar al Assad.
"Se trata de una declaración importante y respeto mucho, muchísimo, el procedimiento de difusión de documentos internos. Encontraré la oportunidad de reunirme con esta gente cuando esté de vuelta", ha declarado Kerry, actualmente de visita en Copenhague.
El secretario de Estado aseguró, sin embargo, que no había leído el memorándum, facilitado al diario 'The New York Times', que sostiene que las políticas de Washington se han visto "superadas" por la violencia en Siria y pide "un uso juicioso del armamento aéreo", argumentando que podría llevar a un "proceso diplomático más liderado por Estados Unidos".
Una decisión de estas características supondría un giro drástico en la postura del Gobierno estadounidense hacia el conflicto, y por el momento no hay pruebas que apunten a que Obama pueda adoptarla.
El mandatario estadounidense ha hecho hincapié en la campaña militar contra el grupo yihadista Estado Islámico, por encima de la posibilidad de un derrocamiento militar de Al Assad, y la vía diplomática parece estancada en estos momentos.
Sin embargo, el documento apunta a una importante división respecto a las políticas de la Casa Blanca respecto al conflicto, que ha dejado alrededor de 400.000 muertos y millones de desplazados.
El mismo ha sido presentado a través del 'canal de disenso', establecido durante la Guerra de Vietnam para que los empleados que estuvieran en desacuerdo con las políticas gubernamentales pudieran protestar ante el secretario de Estado y otros altos cargos sin temor a represalias.
El citado diario ha señalado que, si bien el uso de este canal es habitual, el número de firmas con las que cuenta el documento es muy relevante, apuntando a que podría no tener precedentes.
Los firmantes son, en general, funcionarios de rango medio, la mayoría de ellos diplomáticos de carrera, que han estado involucrados en el diseño de las políticas de Washington hacia Siria durante los últimos cinco años.