SEÚL 3 Ene. (EUROPA PRESS) -
El presidente de Corea del Sur, Lee Myung Bak, ha recordado al Norte que "la puerta para el diálogo aún está abierta", en referencia a la posible reanudación de las conversaciones a seis bandas sobre la desnuclearización de Pyongyang, como un gesto que contribuiría a rebajar la escalada de tensión entre ambos países.
"Le recuerdo al Norte que el camino hacia la paz todavía no se ha cerrado. La puerta para el diálogo aún está abierta", dijo Lee durante el discurso de Año Nuevo dirigido a la nación, según informó este lunes la agencia surcoreana de noticias, Yonhap.
No obstante, el mandatario señaló que para que la crisis entre ambos países pueda solucionarse, Corea del Norte deberá contribuir a rebajar la tensión no solo con palabras, sino también con hechos, en alusión a la renovación de los equipos militares que el régimen comunista ha emprendido en los últimos dos años, según reveló la semana pasada el Ministerio de Defensa surcoreano.
"El armamento nuclear y el aventurismo militar deben desparecer. El Norte debe trabajar hacia la paz y la cooperación no solo con la retórica, sino también con hechos", subrayó Lee, al tiempo que apuntó que Seúl reanudaría la cooperación económica con Pyongyang, si se produce un avance de las relaciones bilaterales en este sentido.
Además, el dirigente aludió al resto de países partícipes en dichas conversaciones --China, Japón, Rusia y Estados Unidos--, al considerar que deberían redoblar sus esfuerzos para propiciar la vuelta de Corea del Norte a la mesa de negociaciones. "Es imperativo ahora más que nunca que los países interesados desempeñen un papel justo y responsable", aseveró.
LA UNIDAD COMO DEFENSA
En este contexto, Lee reiteró que la unidad del pueblo surcoreano es el mejor sistema de defensa contra las amenazas procedentes del Norte. "Debemos permanecer juntos, como si fuéramos uno, en lo que se refiere a la seguridad nacional", sentenció.
Asimismo, el presidente manifestó su intención de reorientar la política defensiva del país, después del hundimiento en marzo del buque 'Cheonan', con 46 marineros a bordo, y del ataque en noviembre a la isla de Yeonpyeong, en el que murieron cuatro personas.
"La situación antes y después de la provocación contra Yeonpyeong, no puede ser la misma. Realizaré serios esfuerzos para impulsar la reforma de la defensa", adelantó, al comparar el bombardeo contra la isla con los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas de Nueva York.
"Estados Unidos volvió a la mesa de dibujo para diseñar nuevas estrategias de seguridad nacional porque la seguridad de su población había sido objeto de amenaza. Desde ahora, necesitamos establecer y llevar a cabo políticas de paz y reunificación basadas en la solidez de nuestra seguridad nacional", concluyó.