BRUSELAS, 25 Oct. (EUROPA PRESS) -
Los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintiocho se han comprometido este viernes a "actuar de manera determinada" para prevenir la muerte de inmigrantes en el Mediterráneo en catástrofes humanitarias como las vividas en Lampedusa en las últimas semanas, pero han aplazado hasta su próxima reunión de diciembre la discusión de medidas concretas y hasta junio de 2014 la reforma de la política migratoria y ni siquiera han considerado la posibilidad de aumentar los recursos para políticas de inmigración.
La presión de los países directamente afectados ---y en particular de España, Italia, Malta, Grecia, Chipre, Eslovenia y Bulgaria--, que reclamaban a la UE más recursos y una actuación inmediata, no ha sido suficiente para acelerar las medidas, que chocan con la resistencia de los países del norte. Los líderes europeos han eludido también apoyar la propuesta de Bruselas de poner en marcha una operación de seguridad y salvamento en el Mediterráneo.
"El Consejo Europeo expresa su profundo pesar por la trágica muerte de cientos de personas que se ha producido recientemente en el Mediterráneo y que ha conmocionado a todos los europeos", señalan las conclusiones aprobadas por los jefes de Estado y de Gobierno.
Al término de la reunión, el primer ministro maltés, Joseph Muscat, cuyo país es uno de los más expuestos a la llegada de refugiados, se ha mostrado escéptico ante las conclusiones del Consejo, si bien ha celebrado que, "por primera vez", los gobiernos se hayan puesto de acuerdo en un calendario "concreto". "Estaré contento cuando vea acciones, por ahora son solo promesas".
"La situación en Malta en cuanto a la inmigración está cerca de ser alarmante", ha asegurado Muscat. "Si no tenemos la asistencia necesaria, tomaremos medidas para proteger nuestra integridad y soberanía", ha avisado.
Los líderes europeos piden al grupo de trabajo creado por la Comisión a raíz de la tragedia de Lampedusa --en el que participan los Estados miembros, Frontex, la Oficina de asilo y el Servicio de Acción Exterior--, que "defina acciones prioritarias para un uso más eficaz de las políticas y los instrumentos europeos, basándose en los principios de prevención, protección y solidaridad".
La Comisión "informará" a los ministros de Interior de la UE sobre los trabajos de este grupo en su reunión del 5 y 6 de diciembre y la presidencia lituana hará lo propio en la cumbre de finales de diciembre. "El Consejo Europeo volverá a examinar las cuestiones del asilo y la inmigración, desde una perspectiva más amplia y a más largo plazo, en junio de 2014", apuntan las conclusiones.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha destacado que los Veintiocho han reaccionado con "celeridad" dando un apoyo claro a los países del Mediterráneo, pese a que la posición que han pactado este viernes no se haya traducido en "decisiones concretas ni medidas legislativas".
Así, la solidaridad a la que apelaron los países europeos del sur ha quedado en declaraciones políticas, porque, la posibilidad de revisar el sistema de las cuotas de inmigrantes que acogen cada Estado miembro es una cuestión "que no se ha tratado" en la cumbre, según ha advertido la canciller alemana, Angela Merkel.
"Hoy tocan medidas urgentes porque hay un drama", ha señalado la canciller en una rueda de prensa, para explicar que se revisará el modo de reforzar la cooperación con terceros países y los instrumentos ya existentes en la UE, pero que no hay a la vista un "cambio" de política migratoria.
"Quiero recordar que Alemania acoge ya a un gran número de solicitantes de asilo en comparación a otros países", ha añadido, a preguntas de los periodistas sobe la solicitud de Italia de repartir entre más países la acogida de los demandantes de asilo que llegan a sus costas.
Tal y como reclamaba España, los líderes europeos resaltan "la importancia de enfrentarse a las causas profundas de los flujos migratorios mediante el refuerzo de la cooperación con los países de origen y tránsito de la migración ilegal, incluido a través de un apoyo adecuado de la UE al desarrollo y una política de retorno eficaz".
También hacen un llamamiento al "refuerzo de las actividades de Frontex en el Mediterráneo" y a una "rápida aplicación" por parte de los Estados miembros del nuevo Sistema Europeo de Vigilancia de Fronteras (EUROSUR) que según sostienen "será fundamental para ayudar a detectar los barcos con el objetivo de proteger y salvar vidas en las fronteras exteriores de la UE".
Los líderes europeos apuestan por una cooperación más estrecha con organizaciones internacionales como ACNUR y la Organización Internacional para las Migraciones y piden reforzar la lucha contra la trata de seres humanos y las redes de inmigración clandestina.
El Consejo Europeo dice que la política de inmigración debe basarse "en el imperativo de prevención y protección" y guiarse "por el principio de solidaridad y el reparto justo de responsabilidades".
En este sentido, el presidente francés, François Hollande, ha retomado la idea asumida por los Veintiocho en las últimas semanas en cuanto a que la presión migratoria sobre los países del sur es un problema "europeo", para el que hay que ofrecer respuestas también conjuntas y contar con mayores recursos, ha dicho, sin precisar cuáles.
Sin embargo, Hollande ha advertido de que el "drama humano" que se ha visto en Lampedusa "no es el primero ni será el último" y se ha preguntado si en las próximas semanas no llegarán nuevos flujos de migrantes desde Siria, tratando de escapar del conflicto en su país.
Por su parte, el primer ministro italiano, Enrico Letta, se ha felicitado de que "finalmente" la Unión Europea haya asumido como un tema propio el problema de la inmigración, algo que ha tachado de "un paso adelante".
"La Unión Europea afronta finalmente, después de tantos años y tanta falta de atención, el drama del Mediterráneo", ha subrayado Letta. Para Italia, ha añadido, "es fundamental el hecho de que se haya alcanzado el resultado de considerar el tema como europeo, no solo maltés, italiano o de los países del Mediterráneo".