PARÍS, 30 Sep. (Reuters/EP) -
El presidente francés, Nicolas Sarkozy y su partido, Unión por un Movimiento Popular (UMP), están haciendo frente a las noticias diarias que surgen en relación a las investigaciones anticorrupción que está llevando a cabo la fiscalía en relación con supuestas tramas de financiación ilegal procedente de Asia, África y el propio país galo.
Los socialistas después de ver caer sus posibilidades de ocupar la presidencia en las elecciones de 2012 a raíz del escándalo del principal candidato, Dominique Strauss-Kahn, han pasado a la ofensiva y reclaman explicaciones y renuncias a la UMP por los casos de corrupción. Actualmente Sarkozy está por detrás de los socialistas en las encuestas.
La semana pasada Sarkozy hizo frente a estas acusaciones diciendo que respondían a "calumnias y manipulación política" y la portavoz del Gobierno, Valérie Pécresse, recordó el caso Strauss-Kahn quejándose del doble rasero del partido socialista. "Es escandaloso", subrayó Pécresse, "durante todo el verano, líderes de izquierda fueron cayendo unos sobre otros para decir, y con razón, que Dominique Strauss-Kahn debería beneficiarse de la presunción de inocencia mientras que el sistema de justicia hace su trabajo".
La continua aparición de nuevos escándalos ha profundizado la desilusión generalizada del electorado francés con la política convencional por lo que está volcando sus esperanzas en partidos de protesta, particularmente en el Frente Nacional, de extrema derecha.
Una encuesta realizada esta semana refleja que tres de cada cuatro franceses piensa que los políticos son corruptos. Para los franceses el UMP es el peor considerado en este aspecto. A siete meses de las elecciones, la cobertura mediática de estos asuntos se ha intensificado.
ESCÁNDALOS DE CORRUPCIÓN
La venta de armas y submarinos a Pakistán en los noventa, la supuesta financiación ilegal para la campaña electoral de 2007 por la heredera de L'Oreal, Liliane Bettencourt, y las acusaciones de que algunos líderes africanos habían financiado a los conservadores que precedieron a Sarkozy son los principales escándalos que han salpicado al UMP.
Este viernes, ha comparecido ante el juez el exministro del Interior Brice Hortefeux --quien posiblemente se responsabilice de la gestión de la próxima campaña electoral de Sarkozy-- acusado de interferir en la investigación del "caso Karachi", un caso de presuntos sobornos políticos en relación con la venta de armas y submarinos a Pakistán en la década de 1990 para financiar la campaña presidencial de 1995 (Edouard Balladur). Un amigo cercano a Sarkozy fue detenido la semana pasada por estar supuestamente involucrado en el mismo caso.
Este caso es especialmente sensible para la opinión pública ya que en una supuesta represalia por el fin de las comisiones de la venta, un atentado con bomba en Kariachi causó la muerte en 2002 de 11 ingenieros franceses.
El caso Bettencourt gira en torno a la financiación de la campaña de 2007 en la que Sarkozy supuestamente recibió dinero en efectivo de la heredera de L'Oreal violando las normas de financiación de las campañas políticas. Un fiscal vinculado con Sarkozy se enfrenta a una investigación por abusar supuestamente de su posición intentando descubrir qué cargo público filtró los detalles del caso Bettencourt a un periódico.
Respecto a las acusaciones de financiación a los conservadores entre 1995 y 2007 por parte de algunos líderes africanos, se habrían entregado millones de dólares a los antecesores de Sarkozy, entre ellos a Jacques Chirac.