PARÍS 24 Feb. (EUROPA PRESS) -
El presidente de Malí, Amadou Toumani Touré, ha asegurado que está "dispuesto a partir" y abandonar el poder tras las elecciones presidenciales que deben celebrarse este año y ha negado querer que se mantenga el actual conflicto abierto con una rebelión tuareg en el norte, si bien ha advertido de que este problema "no se resolverá mañana".
Desde el pasado 17 de enero, el Movimiento de Liberación de Azawad (MNLA), un grupo rebelde tuareg, ha lanzado una ofensiva contra el Ejército de Malí con el objetivo de conseguir la independencia de esta zona desértica del país. El presidente ha sido acusado de no querer aplastar esta rebelón ya que ello perturbaría la celebración de los comicios y le mantendría en el poder.
Sin embargo, en una entrevista concedida a la emisora Radio France International, que será emitida de forma íntegra el domingo, Touré ha asegurado que su Gobierno hace todo lo posible para que "se reúnan las condiciones y, como muy tarde, el 10 de junio tengamos un presidente de la República elegido libre y democráticamente".
Según el presidente, "hace 50 años que el problema del norte existe" y "no terminará mañana". Así pues, ha añadido, "no creo que se deba pensar que la mejor manera de permanecer (en el poder) es hacer la guerra".
"Si tuviera que elegir entre Malí y la guerra, elegiría a Malí. Estoy dispuesto a partir, me iré y deseo, con todo mi corazón, que Malí tenga un presidente democráticamente electo", ha asegurado Touré, según los extractos publicados por RFI en su página web. "Esa será una victoria de la democracia mucho más importante que la de la guerra", ha valorado.
Touré ha asegurado que le molesta "escuchar que dejo hacer la guerra para poder seguir en el poder" y ha defendido que la Constitución del país no recoge en ningún punto que "en caso de amenaza a la integridad del territorio se prevé un periodo de transición".
Independientemente de lo que ocurra sobre el terreno, ha afirmado, el Ejército tiene como "misión fundamental organizar elecciones libres y transparentes". De ahí el que, según él, "los que hablan de transición son aquellos que tienen prisa por ser ministros y están convencidos de que no llegarán al poder por la vía de las elecciones".
Según Touré, en Malí hay algunas personas que "no quieren que haya elecciones" pero, en su opinión, "el peor servicio que se puede hacer a nuestro país es no organizarlas".
AMENAZA DE AQMI
Por otra parte, en cuanto a la presencia de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) en el norte del país y las acusaciones contra el Gobierno de no hacer lo suficiente para combatir esta amenaza, Touré ha defendido que se trata de "una amenaza venida de fuera". "Es una amenaza internacional y una organización que tiene reivindicaciones más lejanas de lo que se cree", ha afirmado.
En su opinión, para combatir al brazo de Al Qaeda en esta zona de Africa "un solo país no tiene los medios suficientes". "La guerra contra el terrorismo no es solo militar, es un problema de desarrollo, de seguridad y de defensa", ha incidido, reclamando una "respuesta transfronteriza".
Touré, que participó en un golpe de Estado militar en 1991 y ocupó el cargo de jefe de Estado durante la transición democrática, fue elegido presidente por primera vez en 2002, tras abandonar un año antes el uniforme. En 2007 fue reelegido en primera vuelta con más del 71 por ciento de los votos. La Constitución maliense le impide optar a un tercer mandato consecutivo.