MADRID 1 Oct. (EUROPA PRESS) -
Al menos catorce civiles, doce de ellos estudiantes, fallecieron este domingo en Raqqa, una ciudad en manos de los rebeldes sirios, en un bombardeo aéreo por parte de fuerzas gubernamentales sirias con bombas termobáricas, un tipo de explosivo que genera altas temperaturas en contacto con el aire al estalla, junto a una escuela secundaria, según ha denunciado este martes Human Rights Watch (HRW).
Un residente de Raqqa que acudió a la escuela inmediatamente después del ataque, que se produjo en el primer día escolar, ha relatado a HRW que vio catorce cuerpos, algunos de ellos desmembrados. Un médico del Hospital Nacional en esta localidad ha indicado que vio doce cuerpos, en su mayoría estudiantes, y el centro trató a un total de 25 heridos.
Según HRW, el Centro de Medios de Raqqa, controlado por la oposición, asegura que hubo quince muertos en el ataque, catorce de ellos estudiantes, y ha publicado una lista con trece nombres, mientras que el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Londres pero una amplia red de informantes sobre el terreno, habla de 16 muertos, diez de ellos escolares.
Las heridas provocadas por la explosión y las quemaduras visibles en los vídeos y fotografías de las víctimas, junto a las posiciones en que quedaron los cuerpos y las pocas heridas por esquirlas indican el uso de explosivos termobáricos, también conocidos como "bombas de vacío", ha denunciado HRW en un comunicado.
Este tipo de munición es más potente que las convencionales con explosivos de un tamaño comparable y provocan más datos en un radio mayor, por lo que suelen tener un impacto indiscriminado en las zonas pobladas, ha subrayado la organización internacional.
"Mientras el mundo intenta poner bajo control las armas químicas de Siria, las fuerzas gubernamentales están matando a civiles con otro armamento extremadamente potente", ha lamentado la investigadora de derechos de la infancia en Oriente Próximo en HRW, Priyanka Motaparthy. "Incluso estudiantes en su primer día de clase no están seguros", ha incidido.
Las bombas termobáricas no son un armamento incendiario o químico, pero debido al amplio radio que afecta las convierte en un tipo de arma altamente indiscriminada y por tanto HRW defiende que no deberían emplearse nunca en zonas pobladas.
Otros dos testigos han relatado a HRW que un avión gubernamental lanzó bombas que alcanzaron el patio de la escuela secundaria hacia las 8:05 horas, cuando no había personas armadas en sus alrededores ni ninguna oficina de las fuerzas rebeldes en las proximidades.
Raqqa, que se encuentra a unos 160 kilómetros al este de Alepo, ha experimentado frecuentes bombardeos por parte de las fuerzas leales al régimen de Bashar al Assad desde que las fuerzas opositoras se hi9cieron con el control el pasado mes de marzo.
Varios grupos opositores armados controlaron la ciudad en un primer momento, pero recientemente el Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIL), un grupo vinculado a Al Qaeda, se ha ido haciendo gradualmente con su control.