MADRID, 3 Oct. (EUROPA PRESS) -
Al menos 19 personas han muerto y otras 37 han resultado heridas en el bombardeo de la aviación de Estados Unidos sobre el hospital de Médicos Sin Fronteras en la ciudad afgana de Kunduz (norte), según el último balance de la propia organización.
Entre los muertos hay 12 trabajadores de Médicos Sin Fronteras y 7 pacientes, entre ellos tres niños. Entre los heridos hay 19 trabajadores de MSF, además de 18 pacientes y cuidadores.
La ONG ha advertido en su último comunicado que este ataque supone una "grave violación del Derecho Internacional Humanitario" y pide todos los datos sobre el bombardeo y una investigación independiente de lo ocurrido.
"Este ataque supone una horrenda y grave violación del Derecho Internacional Humanitario. Exigimos una total transparencia de las fuerzas de la Coalición. No podemos aceptar que esta terrible pérdida de vidas simplemente sea desdeñada como un 'daño colateral'", ha afirmado la presidenta de MSF, Meinie Nicolai.
El hospital fue objeto de un ataque aéreo estadounidense entre las 2.08 y las 3.15 de esta madrugada. El edificio principal del complejo hospitalario, que acoge la unidad de cuidados intensivos, las salas de urgencias y el ala de fisioterapia, fue "atacada de forma reiterada y precisa" cada 15 minutos, mientras que los demás edificios quedaron indemnes.
"Las bombas impactaban y después se podía escuchar al avión haciendo círculos", ha explicado el responsable de Programas de MSF en el norte de Afganistán, Heman Nagarathnam. "Hubo una pausa y después cayeron más bombas. Para cuando salí de la oficina el edificio principal del hospital estaba ya envuelto en llamas. Quienes pudieron corrieron a los dos búnkeres del edificio, pero los pacientes que no pudieron escapar murieron calcinados en sus propias camas", ha relatado.
MSF denuncia que habían enviado hace días las coordenadas GPS del hospital tanto a la OTAN como a las autoridades afganas, pese a lo que el bombardeo continuó "durante 30 minutos después de que se informara a responsables militares de Kabul y Washington".
Tras el ataque, el equipo de MSF improvisó un quirófano en una de las estancias que no había sido dañada e intentaron salvar la vida a los heridos. Algunos de los heridos más graves fueron trasladados al hospital de Puli Jumri, a dos horas de distancia por carretera.
"Además de causar la muerte de nuestros compañeros y pacientes, este ataque ha cercenado el acceso de la población de Kunduz a una atención sanitaria urgente por traumatismos en un momento en el que estos servicios son de los más necesarios", ha destacado Nicolai. "Una vez más, pedimos a todas las partes en contienda que respeten a los civiles, las instalaciones sanitarias y al personal médico en conformidad con el Derecho Internacional Humanitario", ha añadido.
El hospital de MSF en Kunduz es el único centro sanitario con capacidad para traumatismos graves que funciona en el noreste de Afganistán. Ha tratado a caso 400 personas en los últimos días, marcados por la ofensiva talibán que permitió a los insurgentes hacerse con el control de la ciudad de Kunduz.