BERLIN, 29 Ene. (Reuters/EP) -
Las visiones de Berlín y Washington sobre el programa de espionaje de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) estadounidense en Alemania están "muy distanciadas", pero los países siguen siendo aliados cercanos, ha manifestado este miércoles la canciller alemana, Angela Merkel, ante el Bundestag.
En el primer gran discurso político de su tercer mandato, Merkel ha sostenido que nadie dudaba de que las agencias de inteligencia locales y extranjeras ayudan a proteger a los alemanes del crimen y el terrorismo.
"¿Pero acaso esto les da el derecho a nuestros aliados más cercanos, como Estados Unidos o Reino Unido, a acceder a toda la información imaginable, argumentando que es por su propia seguridad y la de sus socios?", ha señalado hacia el final de su intervención de una hora al Bundestag.
"¿Puede estar bien si no es sólo para defenderse de las amenazas terroristas, sino para conseguir también una ventaja sobre sus aliados, por ejemplo, en las negociaciones en las cumbres del G-20 o en las sesiones de las Naciones Unidas?. Nuestra respuesta solo puede ser: No, eso no está bien", ha añadido.
Merkel ha advertido de que ceder ante la tentación de "hacer todo lo que es técnicamente posible" podría causar una desconfianza entre aliados que eventualmente debilitaría su seguridad mutua.
"OPINIONES MUY DISTANCIADAS"
"Nuestras opiniones hoy están muy distanciadas", ha afirmado la canciller, que ha hablado con el presidente estadounidense, Barack Obama, sobre las revelaciones del ex contratista de la NSA Edward Snowden respecto a la vigilancia de Washington y Londres a sus aliados.
Obama dijo a la televisión alemana a principios de este mes que la amistad entre los países no debería verse dañada "por medidas de vigilancia que obstruyan nuestra comunicación". "Mientras yo sea el presidente de Estados Unidos, la canciller alemana no tiene por qué preocuparse sobre eso", afirmó Obama un día después de anunciar las reformas que prohíben las escuchas de líderes políticos aliados como Merkel.
La NSA probablemente se encuentra en la agenda de Merkel para su reunión con el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, el viernes en Berlín.
Las primeras revelaciones de Snowden en junio causaron gran indignación en Alemania, que es especialmente sensible tras la experiencia con el abuso de vigilancia por parte de la Gestapo con los nazis en el poder y la Stasi en la comunista República Democrática Alemana durante la Guerra Fría.
Los informes de que la NSA pinchó incluso el teléfono móvil de Merkel aumentaron la indignación de los alemanes, que piden --en vano hasta el momento-- un acuerdo de no espionaje con Washington.
Snowden dijo a una televisión alemana el domingo que la NSA también espió a la industria alemana y dio como ejemplo a la compañía de ingeniería Siemens. El ex analista ha solicitado asilo en Rusia pero se ha ofrecido a ir a Berlín para ayudar al Bundestag en la investigación sobre las actividades de la NSA.