BRUSELAS, 18 Abr. (EUROPA PRESS) -
Los ministros de Defensa y Asuntos Exteriores de la OTAN ultiman este miércoles y el jueves los preparativos de la cumbre que acogerá Chicago los próximos 20 y 21 de mayo en la que los jefes de Estado y de Gobierno aliados esperan concretar las siguientes etapas en el proceso de relevo en Afganistán, el tipo de apoyo que seguirán prestando al país asiático después de 2014, cuando se complete el repliegue de las tropas internacionales, y su contribución económica para sostener a las fuerzas afganas.
Aunque los aliados reiterarán su compromiso con el calendario pactado en la cumbre de noviembre de 2010 en Lisboa para completar el traspaso de la responsabilidad de la seguridad en todo el país a las fuerzas afganas a finales de 2014, según fuentes de la OTAN, el anuncio de la primera ministra australiana, Julia Gillard, que este martes ha avanzado que su país comenzará la retirada de sus tropas este año y espera completarla en 2013, un año antes de lo previsto, complica la situación.
Australia se suma así a los pasos de Francia, que ya anunció hace varios meses que replegará sus tropas de combate en 2013, una vez complete la transferencia en Kapisa, provincia que está bajo su responsabilidad.
Las fuerzas de seguridad afganas deberán asumir hacia mediados de 2013 la dirección de todas las operaciones para poder completar a tiempo la transferencia total a finales de 2014. Aunque el comandante de la misión en Afganistán, John Allen, no ha presentado todavía sus recomendaciones sobre el número de soldados con los que espera contar sobre el terreno en 2013 y 2014, ya ha dicho que aspira a mantener "el máximo" posible de fuerzas de combate "durante todo 2013", según fuentes aliadas.
Respecto al tipo de apoyo después de 2014, sobre lo cual la OTAN y los distintos países negociarán acuerdos bilaterales con Kabul, existe un consenso bastante amplio entre los aliados de que continuarán prestando apoyo para "entrenar, asesorar y aconsejar" a las fuerzas de seguridad afganas, pero algunos países como Estados Unidos, Reino Unido y Australia, abogan además por mantener desplegadas fuerzas especiales para apoyar acciones de combate en el marco de la lucha contra el terrorismo.
Tampoco se espera que concreten esta semana su aportación económica para financiar a las fuerzas de seguridad afganas a partir de 2015. Washington ha reclamado que los 50 países que contribuyen a misión aporten 1.300 millones de dólares anuales (unos 994,2 millones de euros) entre 2015 y 2018 y que el Gobierno afgano proporcione otros 500 millones de dólares (unos 382,5 millones de euros).
Estados Unidos se compromete a aportar "el resto" hasta llegar a los 4.100 millones de dólares (cerca de 3.136 millones de euros) necesarios para sostener unas fuerzas afganas de unos 228.500 efectivos, según fuentes de la OTAN. A España le ha solicitado 30 millones de dólares (unos 22,9 millones de euros) anuales entre 2015 y 2018.
Los países de la Alianza Atlántica se plantean reducir de 352.000 a unos 228.500 los militares y policías afganos que esperan haber terminado de entrenar en torno a este verano, aunque todavía no se ha tomado una decisión definitiva sobre el número de efectivos necesarios para hacer frente a los ataques de la insurgencia.
Los titulares de Exteriores seguirán discutiendo el jueves los próximos pasos a dar en Afganistán con sus homólogos de los otros 22 países que contribuyen a la misión y los ministros de Defensa y Exteriores afganos, Abdul Rahim Wardak y Zalmay Rasul.
CAPACIDADES DE DEFENSA CONJUNTAS
La cumbre de Chicago también girará en torno a las capacidades de defensa que los aliados tienen que desarrollar para garantizar su seguridad en el siglo XXI, algo que discutirán los ministros de Defensa en sesión restringida el miércoles por la mañana.
El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, espera que los Veintiocho acuerden colaborar en 25 proyectos multinacionales para desarrollar nuevas capacidades conjuntas, de entrenamiento, logísticas y de mantenimiento de las existentes en un contexto de crisis en el marco de su propuesta de Defensa Inteligente, cuyo objetivo es que los aliados prioricen y se especialicen en unas capacidades concretas y releguen otras en el resto. Un país se comprometerá a dirigir y coordinar cada proyecto con la ayuda de un grupo reducido de países.
Los aliados tienen ya avanzados los proyectos insignia, como el sistema de defensa antimisiles para hacer frente a la amenaza de ataques balísticos de países como Irán o Corea del Norte, cuya capacidad esperan detallar en la cumbre de Chicago, así como el sistema de Vigilancia Terrestre de la OTAN a partir de cinco aviones espía que aportarán trece de los aliados y que permitirá a los mandos militares controlar y supervisar lo que ocurre sobre el terreno en misiones futuras.
El Gobierno español todavía está estudiando si participa en otros proyectos que se discuten, incluidos uno para crear un centro de entrenamiento de pilotos, otro para crear sistemas de interfaz que permitan utilizar municiones inteligentes de otros países aliados, fórmulas para poner en común aviones de patrulla marítima, otro proyecto para adquirir de manera conjunta equipos de limpieza de artefactos explosivos improvisados y otro para instalar hospitales de campaña multinacionales.
Estados Unidos y Francia han presentado otra propuesta para que los aliados colaboren en el desarrollo de las capacidades de inteligencia, vigilancia y reconocimiento, una de las grandes lagunas de los aliados europeos, tal y como demostró la operación en Libia, junto con las capacidades de reabastecimiento en vuelo.
Este último proyecto lo coordinará sin embargo la Unión Europea, aunque la decena de países que participarán, entre ellos España, se comprometen a poner también a disposición de la OTAN las nuevas capacidades. La Alta Representante de Política Exterior y de Seguridad Común de la Unión Europea, Catherine Ashton, ha convocado a los ministros de Defensa de la UE a una cena el jueves para preparar la contribución de los europeos a la cumbre de Chicago.
Rasmussen espera que los países europeos de la OTAN contribuyan más a la seguridad euroatlántica de aquí a 2020 para reequilibrar su peso en el seno de la Alianza frente a Estados Unidos para entonces.
Los ministros de Defensa y Exteriores también discutirán el jueves, además del tema de Afganistán, los progresos de la revisión que iniciaron en Lisboa sobre la Postura de Disuasión y Defensa de la Alianza con el objetivo de garantizar el equilibrio adecuado entre los arsenales convencionales, armas nucleares y misiles para garantizar su seguridad en el futuro.
Los titulares de Exteriores abordarán en la cena del miércoles cómo desarrollar la colaboración con los países de Oriente Próximo y el norte de África en el marco de la Primavera Árabe y teniendo en cuenta el papel clave que desempeñaron países como Emiratos Árabes Unidos, Qatar o Jordania en la operación en Libia. Las relaciones con terceros países y organizaciones internacionales como la UE y la ONU serán el tercer gran asunto a tratar en Chicago.
OTAN Y RUSIA
Al día siguiente, los ministros de Exteriores de la OTAN discutirán con su homólogo ruso, Sergei Lavrov, sobre cómo estrechar su colaboración la lucha contra el terrorismo, la piratería y Afganistán cuando se cumplen el decimoquinto aniversario del Acta Fundacional de su relaciones bilaterales y el décimo de la creación del foro de cooperación del Consejo OTAN-Rusia, así como las diferencias que persisten entre ambos para cerrar un acuerdo para cooperar en defensa antimisiles, que han hecho que ambas partes hayan descartado celebrar una cumbre paralela en Chicago.
(EUROPA PRESS INTERNACIONAL)