NUEVA YORK, 14 Dic. (Reuters/EP) -
La misión de pacificación de Naciones Unidas en República Democrática del Congo (MONUSCO) ha hallado un arsenal de los rebeldes M23 con armamento suficiente para un año en el este de la RDC, según ha confirmado este viernes el secretario adjunto de las Misiones de Paz de la ONU, Hervé Ladsous.
"Es sorprendente la cantidad que fue incautada allí, incluidas armas de calibre pesado, cientos de toneladas, de verdad, de todo tipo de material, incluyendo suministros de munición para alrededor de un año", ha relatado Ladsous, en declaraciones a la prensa.
El Grupo de Expertos de la ONU, que controla el cumplimiento de las sanciones y el embargo de las armas en RDC, está investigando el origen de las armas que, en opinión de Ladsous, tendrán una "lectura interesante".
Las tropas congoleñas y la MONUSCO derrotaron el pasado mes al M23, que firmó un acuerdo de paz con el Gobierno congoleño el pasado jueves, poniendo fin así a 20 meses de combates, los más violentos de la última década.
El cese del fuego se rubricó después de que la MONUSCO y el Ejército congoleño capturara los reductos de la milicia tutsi en los altos de Chanzú, cerca de la frontera con Ruanda, a quien el Comité de Exeprtos de la ONU ha acusado de colaborar con el M23. Estados Unidos y la Unión Europea, como consecuencia, han impuesto fuertes sanciones al Gobierno ruandés.
Alrededor de 2.300 combatientes rebeldes pertenecientes a diversas milicias, incluida el M23, han depuesto sus armas en el este de RDC en los últimos dos meses, según la MONUSCO. Ladsous ha asegurado que "están viendo que ese número relativamente alto de gente ha parado de luchar".
"Creo que, en gran parte, se debe al efecto disuasorio de la Brigada de Intervención y ahora de los 'drones'", ha sostenido Ladsous, en referencia a un contingente de la MONUSCO focalizada únicamente en eliminar a combatientes rebeldes y la división de aviones de tripulados lanzada el pasado mes de abril por Naciones Unidas.
Millones de personas han perdido de la vida a causa de la violencia, el hambre y las enfermedades en el este de RDC desde la década de 1990, en el marco de una lucha en la que los rebeldes han tratado de hacerse con el control de los ricos yacimientos de oro, diamantes, cobalto y uranio.