MADRID, 8 Mar. (EUROPA PRESS) -
Un grupo de mujeres de la localidad de Kiriwiri, en la región de Bossangoa, en el oeste de República Centroafricana, fueron secuestradas y violadas por hombres armados que después liberaron a algunas de ellas, que se encuentran completamente "traumatizadas", según ha denunciado este jueves Médicos Sin Fronteras (MSF).
El incidente se produjo el 17 de febrero cuando las mujeres salieron al bosque para recolectar alimentos, leña y agua y fueron sorprendidas por un grupo armado local. Las tomaron como rehenes y, aunque algunas consiguieron escapar, las demás fueron trasladadas a un campamento donde fueron violadas varias veces.
Diez mujeres fueron liberadas, pero, "debido a una combinación de factores, incluidos la volátil situación de seguridad, el miedo a un nuevo ataque sexual y las presiones culturales, no tuvieron acceso a cuidados médicos" hasta que el 3 de marzo llegaron al hospital de Bossangoa, gestionado por MSF.
"Estaban tremendamente traumatizadas. Algunas estaban en 'shock' total, mientras que otras estaban paralizadas por el miedo", ha contado Soulemane-Amoin, de MSF en Bossangoa. "Nuestro equipo de maternidad las atendió con dignidad y paciencia y les dio un espacio seguro y confidencial para que empezaran a procesar lo que había pasado", ha dicho.
El equipo de MSF les proporcionó unos primeros cuidados de carácter ginecológico y psicológico, así como vacunas contra el tétanos y la hepatitis, pero "desafortunadamente era demasiado tarde para que recibieran el tratamiento para frenar la transmisión del VIH", que debe administrarse en el plazo de 72 horas desde el posible contagio.
De acuerdo con esta decena de supervivientes, "más víctimas de este ataque siguen en su pueblo y no acudieron a Bossangoa debido al estigma de la violación, que incluye el miedo a ser excluidas de su comunidad si son identificadas como víctimas", señala la ONG en un comunicado.
MSF ha denunciado que no se trata de un caso aislado, sino que en el último año los casos se han disparado. Desde septiembre, 56 personas han sido atendidas en Bossangoa por agresiones sexuales, frente a los 13 casos registrados entre enero y agosto de 2017.
"Lo más preocupante del número de casos de violencia sexual que hemos registrado es que el número real probablemente será mucho mayor. En algunos casos, nuestro equipos han tratado a personas que fueron violadas hace años pero no tuvieron acceso a atención médica", ha indicado Paul Brockmann, jefe de la misión de MSF en República Centroafricana.
"Si no se hace más, y con la escalada del conflicto, que ha reducido el personal sanitario y destrozado las infraestructuras, los supervivientes seguirán sufriendo las graves consecuencias de la violación en silencio mientras el número de los ataques sigue creciendo", ha alertado.