Fue el primer subsahariano y el primer funcionario de carrera de la ONU que alcanzó el máximo cargo de las Naciones Unidas
NUEVA YORK, 18 Ago. (EUROPA PRESS) -
Kofi Annan ganó en 2001 el Premio Nobel de la Paz ex aequo con la ONU "por su trabajo por un mundo más organizado y más pacífico" por su labor como secretario general de la ONU entre 1997 y 2006, un periodo en el que hizo de la paz su principal bandera, aunque a veces sin mucho éxito y otras con un reconocido fracaso como en el caso de la invasión de Irak de 2003.
El diplomático ghanés fue el primer cargo de carrera de la ONU que alcanzó el puesto de secretario general tras imponerse en las votaciones al marfileño Amara Essy el 13 de diciembre de 1996 y se convirtió así en el primer máximo responsable de la ONU procedente de un país subsahariano.
Annan comenzó a trabajar en el sistema de la ONU en 1962 como contable de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En 1980 pasó a la agencia de refugiados (ACNUR), donde ascendió en el escalafón durante las décadas de 1980 y 1990.
Annan ocupó progresivamente los cargos de subsecretario general para Recursos Humanos, el de subsecretario general de Finanzas y la jefatura de Operaciones de Mantenimiento de la Paz. En este último puesto fue el encargado de gestionar a los 'cascos azules' en guerras como las de Solamia, Ruanda y Bosnia, en ocasiones bajo duras críticas al desempeño de los soldados de la ONU.
AL FRENTE DE LA ONU
El propio Annan destacó como uno de los principales logros de sus dos mandatos el acuerdo para impulsar los Objetivos de Desarrollo del Milenio que por primera vez fijaban un horizonte concreto para luchar contra la pobreza o la mortalidad infantil. En su discurso de aceptación del Nobel, Annan señaló en concreto tres "prioridades clave" para el siglo XXI: "erradicar la pobreza, evitar los conflictos y fomentar la democracia".
"Solo en un mundo que se libre de la pobreza todos los hombres y mujeres podrán aprovechar al máximo sus capacidades. Solo cuando se respeten los derechos individuales se podrán canalizar políticamente las diferencias para resolverlas pacíficamente. Solo en un entorno democrático que respete la diversidad y el diálogo podrán expresarse los individuos y conseguirse un gobierno propio con respeto a la libertad de asociación", argumentó en 2001 desde Oslo.
El Comité del Nobel reconoció además "su compromiso con la lucha para contener el virus del VIH en África y su declarada oposición al terrorismo internacional", recuerda la Fundación Nobel. Precisamente el terrorismo y concretamente los atentados contra las Torres Gemelas y el Pentágono del 11 de septiembre de 2001 fueron los causantes de un terremoto a nivel internacional que ensombrecieron todas las prioridades en favor de una guerra contra el terrorismo liderada por Estados Unidos que llevó a la invasión de Irak y sus consecuencias.
En el ámbito estricto de la ONU, entre las sombras más importantes de su mandato está el escándalo 'Petróleo por Alimentos', en el que 2.000 empresas, casi la mitad de las participantes en el programa, pagaron al régimen iraquí liderado por Sadam Husein durante el embargo impuesto a Irak alrededor de 1.800 millones de dólares. Annan fue exonerado de cualquier responsabilidad en este caso, en el que también estaba implicado su hijo, Kojo Annan, aunque la investigación oficial señaló que podría haber hecho más para investigar este escándalo.
DESPEDIDA DE LA SECRETARÍA GENERAL
En su discurso de despedida, Annan criticó al presidente estadounidense, George W. Bush y lamentó el daño que infligió a la reputación del país como líder en la lucha por los Derechos Humanos durante un acto en la biblioteca y museo presidencial erigida en Independence (Missouri) en honor al expresidente Harry Truman, uno de los fundadores de la ONU.
Annan recordó en varias ocasiones las palabras de Truman: "la responsabilidad de los grandes estados es servir y no dominar a los pueblos del mundo". Así, subrayó que la seguridad y el desarrollo mundiales dependen, en última instancia, del respeto a los Derechos Humanos y al Estado de derecho, por lo que los Estados deben cumplir las reglas establecidas entre ellos y con sus ciudadanos, una clara referencia a la ausencia de respaldo legal para la invasión de Irak.
"Los Derechos Humanos y el imperio de la ley son vitales para la seguridad y prosperidad global", afirmó Annan para quien cuando Estados Unidos "abandona sus propios ideales y objetivos, sus aliados se muestran confusos y agitados".
Annan llegó a la Secretaría General de la ONU con promesas de reforma de la organización y se marchó criticando su foro clave: el Consejo de Seguridad y el escaso peso de los países en desarrollo en el miso, ya que "refleja la realidad de 1945, no la del mundo de hoy".
Tras dos mandatos al frente de la ONU, Annan fue nombrado enviado especial de la ONU y de la Liga Árabe para Siria, cargo que dejó en agosto tras criticar al Consejo de Seguridad de la ONU por no intervenir más directamente en el conflicto. Residía en un pueblo de Suiza, muy lejos de la ciudad de Kumasi de su Ghana natal.