MADRID, 7 Mar. (EUROPA PRESS) -
Al menos 26 personas murieron el lunes en un nuevo ataque perpetrado por pastores fulani en el estado nigeriano de Benue (centro), en medio del aumento de los enfrentamientos entre pastores y agricultores en esta zona del país.
Según las informaciones recogidas por el diario local 'Vanguard', un grupo de hombres armados irrumpió en Omusu, un suceso que ha dejado decenas de heridos y la localidad prácticamente vacía.
Fuentes de la comunidad han señalado que los atacantes abrieron fuego de forma indiscriminada. "Fue una tarde sangrienta. Pastores armados irrumpieron en Osumu y mataron y masacraron a cualquiera que se cruzaron", han dicho.
El ataque tuvo lugar horas después de que la Presidencia de Nigeria anunciara que el mandatario, Muhammadu Buhari, visitaría el estado, uno de los más sacudidos por estos enfrentamientos intercomunitarios.
El presidente achacó en enero los últimos enfrentamientos por parte de pastores fulani --mayoritariamente musulmanes-- y agricultores cristianos a la disputa por la tierra al aumento de la población en el país.
"Cuando Nigeria logró la independencia, la población del país estaba estimada en 63 millones de personas. La población hoy es de cerca de 200 millones, mientras que la tierra ni ha aumentado ni aumentará", sostuvo.
El estado de Benue empezó a aplicar en noviembre la ley que prohíbe el pastoreo de ganado, argumentando que la medida tiene como objetivo poner fin a los enfrentamientos mortales entre pastores y agricultores.
El gobernador del estado, Samuel Ortom, indicó entonces que los constantes enfrentamientos entre pastores y agricultores se han saldado con cientos de muertos y con miles de millones de nairas nigerianas en pérdidas económicas.
Nigeria cuenta con amplios pastizales en el norte del país, si bien la desertificación y los ataques de la secta islamista Boko Haram han empujado a muchos pastores hacia el sur, entrando en conflicto con los agricultores de la zona.
Los pastores fulani, mayoritariamente musulmanes, y los agricultores, fundamentalmente cristianos, han protagonizado enfrentamientos durante décadas en torno a los territorios y los recursos, especialmente en el centro del país.