MADRID, 30 Dic. (EUROPA PRESS) -
Efectivos de las Fuerzas Armadas de República Democrática del Congo (FARD) se han enfrentado este lunes con seguidores del dirigente religioso Paul Joseph Mukungubila en la ciudad de Lubumbashi, en el este del país, después de que esta mañana partidarios de Mukungubila atacaran varios emplazamientos estratégicos en la capital, Kinshasha. Los ataques de Kinshasa fueron frustrados y se han saldado con al menos 32 milicianos muertos.
Testigos presenciales han indicado que los enfrentamientos comenzaron cuando los militares atacaron una de las iglesias del culto de Mukungubila situada en el centro de Lubumbashi, en la provincia de Katanga. Fuentes oficiales de la oficina del gobernador de Katanga han confirmado los enfrentamientos.
Esta misma mañana decenas de individuos armados identificados como seguidores de Mukungubila atacaron la sede de la televisión pública, el aeropuerto de Kinshasa y la sede del Estado Mayor de las FARDC. La agresión fue repelida en todos los casos, menos en el de la televisión pública.
Los atacantes lograron en un primer momento hacerse con el control de la sede de la radiotelevisión pública y atrincherarse con varios rehenes, aunque varias fuentes apuntan a que el edificio ya ha sido tomado por el Ejérctio. Dos de los asaltantes lograron difundir un mensaje político antes de que se cortaran las emisiones en el que se reivindican como seguidores de Paul Joseph Mukungubila, autodenominado 'Profeta de la Eternidad' y candidato presidencial marginal en las elecciones de 2006.
Los individuos que aparecieron ante las cámaras con ropas civiles anunciaron que "'Gideon' Mukungubila ha llegado para liberaros de la esclavitud de los ruandeses", empleando el alias del dirigente religioso. Un video con la declaración ha sido ya subido a Internet (http://youtu.be/TrV5IOvBW3c).
Mukungubila ha criticado duramente en las últimas semanas el acuerdo de paz suscrito con el Movimiento 23 de Marzo (M23), formado por militares tutsis sublevados, y ha acusado al presidente Joseph Kabila de sucumbir a las presiones de los tutsis de la vecina Ruanda.