El mundo católico critica la visita del Gadafi a Roma

Líder libio, Muamar Gadafi
MAX ROSSI / REUTERS
Actualizado: martes, 31 agosto 2010 18:01

ROMA, 31 Ago. (EUROPA PRESS/Gloria Moreno) -

La visita del líder libio, Muamar Gadafi, a Roma ha generado una intensa polémica en Italia, no sólo entre los partidos políticos, tanto del Gobierno como de la oposición, sino también en los sectores cercanos a la Iglesia católica.

Las reiteradas invitaciones a la conversión de Europa así como las clases de Corán impartidas a cientos de chicas italianas no han gustado a la Jerarquía católica, tal y como demuestra un editorial publicado en el periódico de los obispos italianos, 'Avvenire', que define el comportamiento de Gadafi como "enojoso e irritante".

Por su parte, el secretario de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, el arzobispo Robert Sarah, denunció la "provocación poco seria e irrespetuosa" del coronel libio "hacia el Papa y hacia Italia", según declaró en una entrevista al diario italiano 'La Repubblica'.

Además, el partido Liga Norte, cuyo papel en el Gobierno de Silvio Berlusconi es crucial, publicó un artículo en su periódico 'La Padania' titulado 'Que Europa sea cristiana' y en el que invitó a Gadafi a "garantizar en Libia los derechos de los que goza cada vez que viene a nuestro país", en alusión a la libertad religiosa y de expresión.

Gadafi ya ha abandonado Italia tras dos días de visita y dejando abiertas numerosas polémicas, todas ellas provocadas por sus excentricidades, la última de las cuales fue su petición de 5.000 millones de euros anuales a la Unión Europea para frenar la inmigración africana.

El dirigente libio lanzó su propuesta desde el palco de las celebraciones por el segundo aniversario del tratado de amistad entre Italia y Libia, que se llevaron a cabo anoche en Roma.

Gadafi alertó ante la "peligrosa" inmigración africana que Libia sólo podrá combatir con la colaboración económica de la Unión Europea. Para ello, será necesario que los países que la integran desembolsen cada año 5.000 millones de euros para impedir que "Europa acabe siendo negra", aseguró.