Abida, de 17 años, y sus dos hijos en Níger
DIANA ZEYNEB ALHINDAWI/ SAVE THE CHILDREN
    
Actualizado: domingo, 2 julio 2017 12:17

El país africano, uno de los más pobres del mundo, cuenta con la mayor tasa de menores de 18 años casadas

Save the Children trabaja en Níger con programas para empoderar a las niñas y ayudarlas a que decidan cuándo casarse y volver a estudiar

MADRID, 2 Jul. (EDIZIONES) -

Cada siete segundos una niña menor de 15 años se casa en algún lugar del mundo. En Níger, conocen bien esta realidad ya que el país es el que tiene la mayor tasa de matrimonios entre las chicas de 15 a 19 años, un 60 por ciento, según el informe de Save the Children 'Infancias robadas'.

La ONG tiene claro que el matrimonio antes de los 18 supone "una violación de los derechos de la infancia", pero pese a que cada vez son más los países que están de acuerdo con esta premisa y han prohibido la práctica, unos 40 millones de adolescentes de entre 15 y 19 años están casadas o viven en pareja en todo el mundo en la actualidad. Cada año, unos 15 millones más se casan antes de los 18, incluidos cuatro millones que contraen matrimonio antes de los 15 años.

En el caso de Níger, la diferencia entre nacer en la capital o hacerlo en las zonas más desvaforecidas de país --uno de los más pobres del mundo-- marca el futuro de las niñas. Así, en Niamey, una de cada tres niñas están casadas a los 18 años mientras que en el segundo caso la cifra se eleva hasta nueve de cada diez.

Abida, que ahora tiene 17 años y dos hijos, es una de estas niñas. Nadie le dijo que iba a casarse cuando tenía 13 años pero, cuenta, "si ves a tu madre comprando cosas para la cocina como platos y cucharas, y especialmente, si eres la única chica en la casa, normalmente sabes que se está preparando para tu matrimonio".

Abida y sus dos hijos, Diana Zeyneb Alhindawi/ Save The Children

En su caso, en la localidad de la región de Maradi en la que reside, los padres de todas las niñas de su edad decidieron "casarlas a la vez". Sus padres consideraron que lo mejor es que ella se uniera al grupo. "Al hacer esto, pensaron que mi vida sería mejor", explica.

Ahora, gracias al programa 'El matrimonio no es un juego de niños' de Save the Children, Abida ha vuelto a la escuela. "Quiero que mi vida sea más brillante", asegura, subrayando que "si estás educado sabrás cómo tratar con otras personas y evitar los problemas".

También tiene claro lo que quiere para su hija, que ahora tiene 3 años. "Quiero que crezca y espero enviarla a la escuela, donde espero que permanezca hasta que tenga 20 años", o si no se le dan los estudios, que pueda buscar un trabajo hasta que llegue el día en que se case.

En su caso, cuenta con el respaldo de su marido, Ambouka, de 43 años, quien considera que no era lo correcto el casar a las niñas tan jóvenes y lo atribuye a "la ignorancia". "Estábamos pisoteando sus derechos", afirma, lamentado que "se las casaba muy jóvenes y no eran felices". Ahora, los padres como él quieren enviar a sus hijas a la escuela "hasta que tengan la edad adecuada para casarse".

Laoure y su madre/ Diana Zeyneb Alhindawi/ Save The Children

UN MATRIMONIO EVITADO

Laoure tenía solo 11 años cuando un hombre acudió a su padre y la pidió en matrimonio. Su padre accedió pero impuso una condición: primero tenía que terminar sus estudios. La familia del hombre aceptó y pagó la dote por adelantado para sellar el enlace pero la muerte del padre de Laoure cambió todo.

La familia de su futuro marido acudió a su madre, Saadatou, y le dijo que ya era hora de que se celebrara la boda, pero la mujer se negó, por lo que le exigieron que devolviera la dote, algo que ésta no podía hacer.

Saadatou y Laoure se trasladaron a otra localidad para que la menor pudiera completar sus estudios y fue allí donde Save the Children conoció su historia y optó por devolver la dote para que la adolescente, que ahora tiene 15 años, pudiera continuar estudiando.

Laoure cuenta orgullosa ahora que su madre "ha hecho todo lo posible para detener la boda" y lo contenta que está de poder continuar sus estudios. "Me puse contenta cuando me dijeron que no me iba a casar", señala, explicando que quiere ser profesora y ayudar a otras niñas que puedan encontrarse en su misma situación.

Abida en la escuela junto con otras adolescentes/Diana Zeyneb Alhindawi/ Save The Children

'EL MATRIMONIO NO ES UN JUEGO DE NIÑOS'

El programa 'El matrimonio no es un juego de niños' ofrece a las niñas de 10 localidades en la región de Maradi un entorno en el que pueden decidir cuándo y con quién casarse y aprender sobre sus derechos sexuales y de salud. "Trabajamos con mujeres jóvenes que dejaron la escuela o que nunca han ido a ella", explica la coordinadora del programa, Aissa Laouan Wandarama.

Además de enseñarlas a leer y escribir, también reciben clases de "liderazgo básico" y capacitaciones para su vida. En el caso de Abida, resalta, los últimos años de su vida se han resumido a "limpiar, fregar o recoger agua" pero el programa de Save the Children le ofrece ahora "la oportunidad de hacer otras actividades como por ejemplo actividades que generan ingresos" y de las que se pueden beneficiar ella y sus dos hijos.

En cuanto a Laoure reconoce que es un "caso especial". Save the Children supo de su situación gracias a que su madre decidió contactar con los servicios de protección del menor. Ahora, la adolescente "está recibiendo la ayuda que necesita para tener éxito en la escuela y también para graduarse" y todo porque la ONG pagó su dote, subraya.

Wandarama resalta que en los últimos 30 años se han hecho "progresos para proteger los derechos y las vidas de los niños en Níger y en toda África Occidental". Desde los años 1990, la tasa de mortalidad infantil se ha reducido a la mitad pero "aún queda mucho progreso por hacer en el área del matrimonio infantil", reconoce.

Según explica, las causas de la elevada tasa de matrimonio infantil en Níger tienen que ver con "creencias religiosas y culturales, así como con las dificultades de ser uno de los países más pobres del mundo".

Una clase del programa de Save the Children/ Diana Zeyneb Alhindawi/ Save The Children

"NINGÚN NIÑO SE MERECE QUE LE ROBEN SU FUTURO"

Sin embargo, defiende Wandarama, "ningún niño se merece que le roben su futuro y ningún niño debería ser dejado atrás". Al casarse, las niñas se enfrentan a "una variedad de riesgos" empezando por el hecho de que suele conllevar embarazos tempranos, "con los riesgos para la salud asociados a ello", subraya.

"También dejan de ir a la escuela", lamenta, incidiendo en que "si una generación de niñas sigue sin ir a la escuela, esto también puede fomentar el ciclo continuado de pobreza y malnutrición del que estamos siendo testigos hoy en día en Níger".

No obstante, la coordinadora del programa de Save the Children reconoce que "no hay una fórmula mágica para resolver este problema, que está arraigado en años de historia religiosa y cultural y creencias, pero probablemente el mejor modo de evitar el matrimonio infantil en Níger sea invertir en la educación de las niñas, en su empoderamiento, su liderazgo".